Jordi Llisterri- CR/ La Seu d’Urgell El canto de Gloria que ha iniciado la larga ceremonia ha sonado más aligerado de lo habitual. La ordenación del obispo coadjutor de Urgell, Josep Lluís Serrano Peinado, cierra todas las especulaciones sobre la voluntad de la Iglesia de mantener el coprincipado de Andorra. Y abre una etapa de colaboración entre el actual arzobispo Joan-Enric Vives y su sucesor. El obispo coadjutor lo ha remarcado con en discurso final: "Vengo a serviros con el señor arzobispo, monseñor Joan-Enric, para caminar juntos".
La celebración ha comenzado este sábado a las 11 de la mañana en la catedral de Urgell llena hasta los topes y con feligreses que lo han tenido que seguir desde las pantallas instaladas en el claustro románico. Ha sido un momento importante para la diócesis, que se ha visto acompañada por las máximas autoridades andorranas y catalanas.
El jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot, ha encabezado la representación de una cuarentena de cargos andorranos, entre ellos los síndicos generales, Carles Ensenyat y Sandra Codina, y el representante del copríncipe francés, Patrick Strozda, y del copríncipe episcopal, Eduardo Ibáñez. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha estado acompañado del consejero Ramon Espadaler, y de varios alcaldes, como el de Tivissa, pueblo natal del obispo Serrano. Otros representantes han sido los presidentes de la Diputación de Gerona y de Lérida y de varios consejos comarcales. En los últimos años no ha sido habitual que el presidente de la Generalitat asista a una ordenación episcopal.
El relevo institucional también lo ha marcado la presidencia del obispo Edgar Peña Parra, sustituto por los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado y que ha venido de Roma para la ordenación. Hasta ahora, era el superior de José Luis Serrano, que era consejero en este departamento de la Santa Sede. Junto a Peña Parrra los principales concelebrantes han sido el arzobispo Vives y el obispo de Tortosa, Sergi Gordo, la diócesis donde hasta ahora estaba incardinado Serrano. Entre los 33 obispos que han concelebrado, estaba el cardenal Juan José Omella, el arzobispo primado Joan Planellas, el nuncio Bernardito Auza, y los anteriores obispos de Tortosa.
"Llamado a serviros"
"Hoy doy gracias por ser llamado a serviros". Éste ha sido el mensaje de Josep-Lluis Serrano ya ordenado obispo al final de la celebración. En un discurso que ha pronunciado emocionado ha agradecido la presencia en el acto de quienes han formado parte de su trayectoria vital y sacerdotal de los últimos años. Especialmente emotivo con su madre, que ha venido de Tivissa con un numeroso grupo de vecinos.
En el discurso también ha desgranado algunos de los ámbitos en los que quiere servir como obispo. La catequesis, las familias, los trabajadores, los inmigrantes y los ancianos son algunos de los sectores pastorales que han mencionado. Y, también, “serviros en las instituciones públicas, para convertirse en luz, justicia y paz, buscando siempre el bien común de nuestro pueblo”. Ha sido la referencia más clara que ha hecho a su futuro como copríncipe episcopal el día en que llegue la jubilación del arzobispo Vives. El Sínodo, el Concilio Provincial Tarraconense y el Vaticano II, han sido otras referencias en un discurso de tono teológico y espiritual. Ha acabado hablando de la misión de la Iglesia en un momento en que “hay que redimir, consolar, curar, levantar, recuperar, recrear” y conseguir que “el tejido social se convierta en un tejido fraterno”.
El ritual
La celebración ha tenido la solemnidad y extensión habitual de las ordenaciones episcopales. Primero la lectura de las letras apostólicas que dan validez al nombramiento y en la que el papa Francisco recuerda que la elección del coadjutor responde a una petición del arzobispo Vives. Y en que el elegido, ve "las cualidades del alma y del intelecto, la pericia pastoral y sobre todo el espíritu evangélico, esenciales para esta misión".
Después todo el ritual con la llamada al candidato, las invocaciones y la letanía de los santos con el obispo postrado frente al altar, la imposición de las manos de todos los concelebrantes que se ha seguido con profundo silencio. Y la entrega del Evangelio, el anillo, la mitra y el báculo. Un momento que culmina con el aplauso de los fieles y la primera bendición del nuevo obispo acercándose a todos los congregados en la catedral.
Los cortos planos que ofrecían las pantallas han permitido fijarse en detalle en las expresiones de emoción del nuevo obispo durante en los momentos más relevantes. Un hombre de apariencia tímida, pero que es muy expresivo a través de unos ojos abiertos y claros que parecen fijarse en todo.
“Un obispo con olor en tierra y en país”
"Nos han dicho que Josep Lluís es muy bueno". Así se ha dirigido el arzobispo Joan-Enric Vives a monseñor Peña Parra en el parlamento de bienvenida para referirse a lo que cuentan en la Santa Sede y en Tortosa del nuevo obispo. "Todos estamos contentos de su llegada" ha asegurado Vives, para remarcar que ahora "trabajaremos unidos acompañando al Pueblo de Dios" junto a los pobres y los pecadores, colaborando para hacer una sociedad más justa y más fraterna". El arzobispo ha hablado de Serrano como "un obispo pastor, con olor en tierra y en país, con un gran amor a la lengua y a la cultura catalana que compartimos". También ha habido un breve saludo del nuncio.
En la homilía, Peña Parra ha repasado algunas de las obligaciones del ejercicio del episcopado y ha destacado la "obediencia, humildad y competencia" con que hasta ahora Serrano ha estado al servicio del Santo Padre. Parra, procedente de Venezuela, ha celebrado todo el ritual en catalán y también parte de la homilía.
Una de las novedades del día ha sido conocer el escudo y lema episcopal del nuevo prelado: Ut vitam habeant (para que tengan vida). Una cita del Evangelio de Juan que hace hincapié en la donación a los demás y referenciado al derecho a la vida, en un contexto en el que es cuestionado.
Sólo la lluvia que ha empezado a caer al salir de la misa ha enturbiado un poco la celebración. Hacía más de 50 años que no había una ordenación episcopal en la sede, cuando en 1971 llegó el obispo Joan Martí Alanís. Ahora la pregunta es cuál será la próxima ordenación episcopal de Cataluña con varias sedes que esperan sucesor y que no tengan que esperar muchos años. En Urgell, ya está encarrilado.
🔴 Comença l'ordenació episcopal de Lluís Serrano Pentinat, nou bisbe coadjutor a @BisbatUrgell pic.twitter.com/QZ5XsapNt5
— Catalunya Religió (@catreligio) September 21, 2024