Regina Goberna, la reconocida monja benedictina y ceramista del Monasterio de San Benito de Montserrat, ha fallecido este viernes 3 de enero de madrugada a los 90 años, dejando su legado espiritual, artístico y cultural. Goberna, una figura clave en la historia contemporánea de la comunidad benedictina, destacaba por su energía, creatividad y profunda dedicación al trabajo artesanal de la cerámica, así como por su labor de evangelización a través del arte. El funeral será el domingo 5 de enero a las 11:00h en la iglesia del Monasterio de Sant Benet de Montserrat.
A lo largo de sus seis décadas de vida monástica, Goberna se convirtió en una maestra indiscutible de la cerámica pintada a mano con la técnica de la gota, un proceso complejo y casi único en el ámbito internacional. En el taller de cerámica del Monasterio de San Benito de Montserrat, ha sido responsable de crear grandes murales que decoran espacios religiosos, hospitales y edificios públicos en todo el mundo. Entre sus obras más destacadas se encuentran el panel de San Juan de Dios en Barcelona y el mural de San Juan de las Abadesas.
Su última gran aportación
Goberna presentó recientemente el proyecto '12 mujeres del evangelio', una colección de cerámicas de grandes dimensiones dedicadas a figuras femeninas bíblicas como María Magdalena, Samaritana y María, madre de Jesús. Esta iniciativa, acompañada de un libro escrito por sí misma, fue inaugurada en el Casal de la Iglesia de Manresa el pasado noviembre. Durante el acto, Goberna destacó la importancia de visibilizar a las mujeres en los textos bíblicos: "Estas mujeres son intrépidas, libres y amorosas. Su valentía nos inspira cada día".
Durante la presentación del proyecto, la abadesa Maria del Mar Albajar resaltaba la creatividad, la energía y la vitalidad de Goberna que a los 90 años "sigue dibujando por el taller de cerámica y proponiendo ideas y nuevos proyectos".
Una vida de trabajo y servicio
Nacida en 1934, Regina Goberna se unió a la comunidad benedictina en plena juventud. Con una vocación de trabajo artesanal, fue una de las impulsoras de la especialización del taller en cerámica después del Concilio Vaticano II, cuando muchas comunidades religiosas buscaban alternativas a los tradicionales bordados litúrgicos. A partir de su liderazgo, las benedictinas se convirtieron en un referente en el arte cerámico, con piezas que unen funcionalidad, decoración y espiritualidad.
Hasta sus últimos días, Goberna siguió dibujando y trabajando en el taller, un espacio que describía como su segunda casa. "Yo tengo muchas ideas, pero nada sería posible sin mis hermanas. El trabajo en comunidad es la fuerza que nos impulsa", afirmaba.
