Jordi Llisterri -CR Si alguien se pregunta por qué la Abadía de Montserrat sigue siendo un referente en la sociedad catalana, encontrará respuesta en el acto de inauguración del Milenario de este sábado por la noche. Una utilización artística de la tecnología que no estamos muy acostumbrados a ver en celebraciones eclesiales, injertada con la mejor tradición musical y cultural de Montserrat. Todo al servicio de un relato compresible y decidido sobre la fe que ha sustentado e irradiado durante mil años la abadía benedictina.
Si alguien se pregunta porqué la Abadía de Montserrat sigue siendo un referente en la sociedad catalana también encontrará la respuesta en la lista de asistentes que respondieron a la invitación de la abadía. Se puede decir que estaba todo el mundo. Las instituciones, entidades, movimientos sociales y culturales que vertebran el país estaban todas. Y de todos los colores; las que encarnan el carril central de la sociedad catalana. Montserrat sigue siendo un puesto de consenso.
Tampoco es habitual que este tipo de actos solemnes se conciban pensando en la retransmisión por televisión. Y conseguirlo sin que los invitados al acto se sientan sólo como figurantes en un plató. En los recursos destinados al acto, Montserrat tiró la casa por la ventana pero no estiró más el brazo que la manga. Todo tenía una finalidad que iba más allá de encandilar al mundo como si fuera una ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos. Se trataba de decir algo en el mundo y decirlo desde la Iglesia y en catalán.
A las siete y media de la tarde, una fanfarria interpretada por la Orquesta Sinfónica del Vallès y las campanas del monasterio dieron la entrada solemne de las principales autoridades del país en la basílica, con la presidencia de la Generalitat, del Parlament y de la Diputació de Barcelona, y el cardenal y arzobispos catalanes y las autoridades locales acompañadas del abad. La nueva la Escuela Cantorum de la Abadía abrió el acto con un 'Welcome' contemporáneo de Bernat Vivancos. A lo largo del acto, la Escolanía interpretó el 'Nigra Sum' de Pau Casals y con la Escuela Cantorum el 'Regina Coeli' del padre Cererols. Una degustación de la tradición musical de Montserrat.
El alma de Montserrat
Lo esperable de los discursos fue menos esperable. Los abrió padre Bernat Juliol y puso el contexto de un acto compartido entre la abadía y todos los que de una u otra manera durante mil años se han hecho suyo y han construido Montserrat. No sólo los monjes.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, hizo un discurso muy ajustado al reconocimiento institucional que merece Montserrat como símbolo “de una espiritualidad cristiana arraigada en el país” y como “un alma que ha sabido acoger e integrar a las diferentes generaciones venidas de en todo el mundo y que nos han hecho ser el país que somos”. Isla añadió referencias a la aportación de la Abadía a la transición democrática, o la sintonía con el mensaje de acogida universal del papa Francisco. No obvió la referencia más personal para compartir el “humanismo cristiano” que impregna la vida benedictina, e incluso recomendó la lectura de los Ejercicios de San Ignacio, que en parte fueron inspirados en su paso por Montserrat hace 500 años.
La primera sorpresa llegó en el previsible discurso del abad que no fue previsible. A través de dos pantallas aparecieron proyectados dos hologramas; a la izquierda el abad Oliba, fundador del monasterio en el año 1025 ya la derecha un posible abad del año 3025, con una grabación interpretada por Lluís Soler y Xavier Boada . El actual abad, Manel Gasch , en el centro, mantuvo un diálogo teatralizado sobre el pasado, presente y futuro del monasterio.
En el texto del diálogo se veía la mano de los monjes. Si bien se reconocía que hoy "Dios se ha convertido en una especie de extraño en su casa", no escatimaba al remarcar la centralidad de la fe y la devoción mariana en la construcción e irradiación del Santuario. Un Montserrat que quiere ser un lugar de acogida espiritual que señala en el núcleo del cristianismo, el encuentro con Cristo; y no a una especie de fascinación mágica o supersticiosa con barniz católico.
Este mensaje queda reiterado en el espectacular videomapaje que se inauguró en el interior de la Basílica y que podrá verse durante el año del Milenario. La Creación, el Virolai como canto a la Virgen María, y Cristo como Salvador del mundo, son los tres mensajes de la proyección. Un juego de luz y oscuridad que te reconcilia con la estética recargada de la basílica.
La ausencia de lluvia permitió cerrar el acto en las plazas de la basílica con uno de los momentos más virales del acto. El espectáculo de drones sirvió para acabar de iluminar a los presentes y los televidentes con la formación de imágenes que reiteraban el mensaje del Milenario: la vida monástica, la oración o las publicaciones y la música como máximos exponentes de la aportación cultural y religiosa de Montserrat. El icono final de la Moreneta en el cielo y la Escolanía y la Escuela Cantorum en los balcones de la fachada invitando a entonar el Vilorai, despegó a los asistentes por encima de los colores de los artefactos voladores.
La inauguración del Milenario en la celebración de la festividad de Nuestra Señora Encuentros, se enmarca en unos días relevantes para los benedictinos de Montserrat. Estos días se han celebrado los capítulos provincial y mundial de la Congregación Sublacense-Casinesa de la que forma parte la abadía. Y de la comunidad catalana ha salido un nuevo abad con la elección del padre Ignasi Fossas como abad presidente de esta congregación internacional. Y el martes, el Parlament de Catalunya entregará la Medalla de Honor a la Abadía. Queda hasta el 8 de diciembre del próximo año para ir siguiendo el millar de actos que están previstos para ir guiando a los catalanes hacia el cielo.