CRLa teóloga Cristina Inogés, laica y miembro activa del proceso sinodal, ha reflexionado, días previos al inicio de la segunda parte del Sínodo, ha reflexionado sobre el significado profundo de la sinodalidad tanto en el ámbito institucional como personal. En una entrevista reciente, con motivo del nuevo Cuaderno publicado por Cristianismo y Justicia, Inogés remarcó que la sinodalidad implica un cambio profundo en la forma de ser Iglesia, pero que afecta sobre todo a la manera de vivir el cristianismo y, en última instancia, la forma de ser cristianos.
Inogés, que ha participado como miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo y tuvo voz y voto en la XVI Asamblea sinodal de 2023, destaca que la sinodalidad va más allá de las reformas institucionales. Según ella, este proceso llama a cada individuo a una conversión personal, a escuchar, dialogar e implicarse activamente en la vida comunitaria. "El cambio no es sólo para la Iglesia como institución", afirma, "sino para todos nosotros como cristianos".
El Sínodo 2021-2024, impulsado por el papa Francisco, busca crear un espacio de participación en el que tanto clero como laicos trabajen conjuntamente para construir una Iglesia más inclusiva y transparente. Según Inogés, la sinodalidad no sólo es una realidad eclesial, sino que tiene un fuerte componente humano que a menudo se pasa por alto. Su libro Del Sínodo al jubileo profundiza en este aspecto, defendiendo el diálogo abierto y la constante renovación como vías para construir una comunidad cristiana más participativa.
Inogés también es autora de obras como La sinfonía femenina (incompleta) de Thomas Merton y No quiero ser sacerdote. Mujeres al borde de la Iglesia, libros que exploran el papel de las mujeres en la Iglesia y cuestionan las estructuras de poder tradicionales. En esta misma línea, la teóloga aragonesa aboga por una Iglesia que escuche y actúe de forma coherente con los valores del diálogo y la inclusión.
Este camino sinodal culminará con un jubileo, que, según Inogés, será un momento clave para revisar el progreso realizado y reafirmar el compromiso con esa transformación colectiva e individual. "El verdadero objetivo es construir una comunidad que dialogue y que esté en constante conversión", afirma la teóloga.