"Una intención: Al plantear el diseño de la capilla, hemos hecho el propósito de ensayar la posible convergencia entre las experiencias estéticas y las experiencias religiosas. Así pues, y como punto de partida, nuestro trabajo ha sido un intento de relacionar la espiritualidad cristiana y el arte contemporáneo. Más allá del foso profundo existente entre el arte actual y la espiritualidad cristiana, queremos creer que aquest1 no debe impedir los posibles puentes en vistas a un diálogo fecundo entre creatividad y espiritualidad.
Una disposición: Si alguna frase puede resumir nuestra disposición respecto al trabajo a hacer, esta sería la de "volver a empezar". Que no quiere decir empezar de cero, sino dejar de lado aquello que normalmente podemos encontrar en el mercado y que la imaginería religiosa tradicional nos pone al alcance hoy, y ser capaces de buscar soluciones, de replantear nuevas formas como respuesta a las necesidades, de volver a construir, pero desde las raíces y la tradición.
Esta capilla estaba destinada, tras la remodelación en profundidad que nos encargaban, a la oración y la adoración. Y eso es lo que hemos intentado, ayudados en primer lugar por la configuración del espacio con el mantenimiento de la simetría original, que nos proporciona el necesario equilibrio en las sensaciones, a la vez que nos replantejàvem los diferentes elementos intentando dar una respuesta actual a un planteamiento actual.
Una resolución (la arquitectura y los elementos): Desde el punto de vista espacial la capilla es esencialmente un techo. Un gran techo que nos acoge (se ha rebajado mucho la altura original) y nos reúne (base exagonal) y al mismo tiempo nos eleva (es una pirámide ascendente). En planta, manteniendo la simetría se conserva el presbiterio en el eje, apoyado y cerrado por un muro como fondo y presencia, convertido en retablo que esconde un último espacio como pequeña sacristía.
Fijado el espacio, se han diseñado los diferentes elementos uno a uno: Algunos (el altar y la sede) ya han sido utilizados anteriormente. Los restantes se han producido para la ocasión. Así las vidrieras, las pinturas del retablo, los bancos, el sagrario, las puertas, el ambón, se proponen como elementos simbólicos, pensando en un todo armónico. La luz natural y la iluminación artificial, que empapa el espacio y lo hace cambiando en función del momento del día y de las necesidades, redondea y acaba de expresar el intento de dotarlo de la necesaria espiritualidad. "