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Comentario al salmo de la Festividad de Cristo Rei. B

Hay salmos de alabanza, los hay de plegaria, hay los que glorifican la ciudad de Jerusalén, algunos son compilaciones didácticas, hay salmos de súplica, algunos son reflexiones; hay los dedicados a las fiestas litúrgicas y hay salmos reales. En este domingo festividad de Cristo Rei tenemos la oportunidad de leer unos versículos de un salmo real (Sl 93, 1-2.5).

Los salmos reales tienen el objetivo de enaltecer al Señor como rey. Expresan la soberanía del Señor, Dios de Israel. Dentro de este grupo podemos situar los salmos (43; 93; 95-99). Israel extrae de la vida diaria el material necesario para construir imágenes y metáforas que le hagan posible elaborar un lenguaje teológico que le permita expresar el actuar de Dios y a partir de la actuación saber algo de quién es. Así encontraremos imágenes como la del pastor, el campesino, el juez, el guerrero y la que hoy nos interesa: la imagen del rey.

La imagen del rey Israel la encontrará en los modelos políticos que estaban a su disposición en los imperios y reinos circundantes. La figura del rey terrenal será el punto de partida para articular la afirmación que Dios, el Dios de Israel, es rey y a partir de la analogía con los reyes de su entorno Israel empezará a invocar el Señor como rey.

“Mantiene firme el mundo inconmovible” La afirmación de la realeza del Señor irá ampliando su alcance y el Señor será rey no solo de Israel, sino de todas las naciones, de todos los dioses y de toda la creación. Será un reinado que pondrá en cuestión cualquier otro tipo de reinado y relativizará y desacreditará cualquier otro tipo de gobierno sobre todo los de las naciones que han sido opresoras de Israel. Un reinado con la mirada puesta a los  finales de los tiempos cuando aparecerá el Señor rey y juez.

“El mundo se mantiene firme, inconmovible. Tu solio, Señor, se mantiene desde el principio”. La consolidación de la tierra es propiamente un acto de creación. En el tiempo previo a la creación la tierra tambaleaba a causa de los embates de las aguas rebeldes. Tal como dice el salmo en unos versículos que la lectura litúrgica no contempla: “Las fuentes abismales hacen sentir su bramido ... el bramido de los océanos ... más potente que las oleadas del mar”. Las aguas del caos se levantaron contra el Dios creador. Resuenan aquí los mitos babilónicos de combates cósmicos donde hay un dios que triunfa sobre las aguas caóticas.

Los embates de las aguas representan una amenaza para la existencia del mundo, pero gracias al Señor que reina eterna e inmutablemente el mundo ha quedado firmemente consolidado en sus cimientos. El trono de Dios que está en las alturas quiere decir que se encuentra por sobre las fuerzas poderosas del caos. Los poderes destructores embravecidos han sido vencidos. El reinado de Dios es la garantía que la tierra no estará sometida a tremores o catástrofes cósmicas. Que el Señor sea rey, amo de la creación, quiere decir que la creación ha acontecido un lugar fiable para vivir, allí Israel podrá desarrollar su vida y disfrutar del bienestar.

“Tu pacto es irrevocable”. El término hebreo “edah” se traduce por “pacto” o en algunas versiones por “testimonio”; lo encontramos a Dt 6,17 acompañando a “decretos” y “mandamientos”. Hay que pensar en la Ley, la Torà de Israel. La fiabilidad de la creación se corresponde con la fiabilidad de la ley: La Ley se muestra segura y fiable y desde los tiempos antiguos ocupa un lugar firme en la vida de Israel. La estabilidad de la creación y la firmeza de la Ley harán que el pueblo de Israel se sienta seguro y protegido por la realeza de su Dios.

Festividad de Cristo Rei. 24 de Noviembre de 2024.

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