Pasar al contenido principal

Comentario a la segunda lectura del domingo 31 durante el año. A

Seguimos leyendo a la segunda lectura de este domingo un fragmento de la 1.ª carta de Paz a los Tesalonicenses (1Te 2,7b. 9-13)El fragmento que leemos hoy habla del gran aprecio que tuvo Paz hacia la comunidad de Tesalónica.

Dice el texto: “Nos comportamos entre vosotros con una dulzura como una madre que cría y da calor a sus hijos”. Esta, por supuesto, es una imagen muy poderosa porque la dedicación de las madres a su hijo pequeño tiende a ser total. Si una madre tuviera que elegir entre su vida y la vida de su hijo casi sacrificaría su vida para salvar al niño. Así como una madre está dispuesta a dar a sus hijos no tan solo su leche sino su propia vida por ellos, así Pablo y sus compañeros se muestran no solo dispuestos a dar la leche espiritual del evangelio sino a arriesgar su vida para dar a los tesalonicenses el manjar espiritual imitando aquel que entregó su vida por sus amigos como prueba más grande de su amor (Jn 15,13).

Comportarse con la dulzura de una madre se contrapone a hacer sentir el peso de la autoridad. La autoridad puede ser como la de Jesús que “enseñaba con autoridad y no como lo hacían los maestros de la Ley” (Mc1,22; Mt7,29). La autoridad de Jesús se impone por la solidez de los argumentos acompañados de una forma de vida que los hace convincentes. La otra forma de autoridad se impone como un peso por la fuerza o por la dignidad de un cargo; es la forma que usarían los maestros de la Ley.

Cuando Pablo enumera los cargos que están al servicio de la comunidad de Corinto sitúa en el primer lugar los apóstoles (1 Co 12,27). Pablo podría haberse aprovechado de la autoridad de este cargo, como lo hacían los maestros de la Ley, imponiendo como un peso su predicación a los tesalonicenses. Pablo rechaza esta forma porque la dulzura en el trato deviene más convincente que no la presión de la argumentación. La autoridad, tal como lo entienden Jesús y Pablo, ha de servir para generar nuevas realidades que pongan de manifiesto el Reino de Dios, para cambiar estructuras injustas y para consolidar comunidades que piensen y actúen por la fuerza del Espíritu.

En el último versículo de nuestra lectura se encuentra una profunda reflexión sobre la Palabra de Dios. Ya anteriormente en la carta, Pablo ha hablado de la Palabra. Los tesalonicenses han acogido la Palabra en medio de muchas tribulaciones llenos del gozo del Espíritu Santo (1,6) y también Pablo recuerda como los tesalonicenses han hecho resonar la Palabra (1,8). El versículo 13 describe todo un proceso que empieza con el anuncio de la Palabra; esta Palabra anunciada es recibida pero no con un recibimiento frío y distante, sino que la Palabra es acogida por la comunidad.

La Palabra tiene una característica que le confiere un valor inigualable. Es una Palabra que viene de Dios. Hay un símil entre los profetas del Antiguo Testamento y el equipo predicador de Pablo. “La palabra de Dios se hizo realidad...” así empiezan los libros de Oseas (1,1), Joel (1,1), Sofonías (1,1), Miqueas (1,1) . Los profetas después de hacer suya la palabra de Dios la transmiten y así la Palabra acontece i llega a ser una realidad. También Pablo, después de hacer suyo el evangelio lo transmite de tal manera que este empieza a ser una realidad cuando es transmitido y aceptado.

En cuanto que viene de Dios se distingue de la palabra humana. Seguro que los tesalonicenses habían recibido palabras humanas: de los filósofos, de los embaucadores, predicadores ambulantes, falsos profetas. El apóstol ya ha advertido los tesalonicenses que su predicación no se inspira en el error, ni tiene intenciones poco limpias, ni busca el engaño (2,3) ni tampoco pretende ser una palabra aduladora que busca la satisfacción del predicador hablando de cosas que gustan al oyente. Finalmente Pablo recuerda que la Palabra es operativa, actúa eficazmente en los tesalonicenses. Ya lo decía el profeta, el Segundo Isaías: “Así será la Palabra que sale de mis labios, no volverá infecunda” (Is 55,11).

La eficacia de la Palabra quiere decir que los tesalonicenses han hecho suyo el proyecto de Jesús contenido en el evangelio predicado por el equipo de Pablo y lo han hecho hasta el punto que renunciar a él es renunciar al sentido de su existencia. Si es así quiere decir que realmente Dios ha hablado.

Domingo 31 durante el año. 5 de Noviembre de 2023.

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.