(CR) Cuando la vedruna Maria Dolors Bosch da su testimonio sobre el Concilio, se nota la vocación educativa de las hermanas de esta congregación fundada por San Joaquina Vedruna. Bosch explica en el espacio de Memoria del Vaticano II lo que supuso la recepción del Vaticano por su generación. Habla de un primer momento muy vivencial, que la gente se sentía como una caja de resonancia, en la que llegábamos los gestos y las novedades pero en el que no había ni melodía ni conciencia. Después, en el postconcilio, se pusieron las cuerdas, donde estaban las que se tensaban, las que estaban flojas y también las que daban el tono. Pero el deslumbrante es "la mano que toca estas cuerdas, el Espíritu Santo, que con melodías que no podemos sospechar da la nota cuando conviene".
Esta vedruna que ahora vive en Tarragona explica también cómo asumió rápidamente el Vaticano II su congregación. Concretamente como en el Capítulo General de las Vedruna de 1969 "los documentos son un plagio del Concilio" y cómo se dejaron "atrás las estructuras calcadas a lo que se había hecho siempre". Lo que tiene muy claro es que hoy "no hay vuelta atrás porque el Espíritu lo lleva y va adelante". Para Maria Dolors Bosch, "el mundo cambia y la Iglesia necesita adecuarse al mundo cambiante".