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Por Josep Gallifa .

(Artículo original publicado el 24/10/2011)

Me ha llegado la publicación de la segunda jornada sobre retórica y narrativas en la investigación sobre "management", publicación editada por ESADE. Si en la entrada anterior hablábamos de la tradición socrática-platónica, estos materiales nos brindan la ocasión para hablar de uno de los otros pilares del pensamiento de occidente: la tradición Aristotélica. También para tratar brevemente sobre el significado de la retórica y su importancia y necesidad en la universidad de hoy.

El calificativo de retórico se emplea hoy en día muy a menudo para señalar una característica negativa. Por ejemplo se dice que un discurso es retórico cuando se quiere decir que es o bien vacío, o bien demasiado recargado, o también engañoso. La tradición empirista se encargó de desautorizar los argumentos de autoridad de la tradición Aristotélica y, de paso, también la retórica, que se puede definir como el arte de "hablar bien" o de persuadir. El ascenso de las ciencias positivas en la Universidad moderna dejó la retórica francamente muy arrinconada. Y nos ha quedado todavía esta idea sobre la retórica que exponíamos. No estoy en contra de las ciencias positivas, ¿eh?, Sólo describo una situación.

Hemos tratado brevemente ya de la tradición socrática-platónica que, como bien sabemos, desconfió del "hablar bien" de los sofistas y se centró en la dialéctica. Aristóteles en cambio osciló entre dos polos: ¿Hasta qué punto lo que se discute es verdadero (lógica y argumentación dialéctica)? o la efectividad persuasiva del caso (Oratoria). Así interpretan la perspectiva de Aristóteles autores como Boylan y O'Gorman o Toulmin por ejemplo. Ricoeur por su parte ya había expuesto como es siempre posible para "el arte de hablar bien" incorporar la preocupación por "hablar la verdad". Así pues Aristóteles puede entenderse como inclusivo. Diciéndolo sencillamente: cuentan la forma y el fondo.

En esta conferencia de ESADE en la que hacíamos referencia, y entre muchas interesantes aportaciones, Xavier Barrull, Eduard Bonet y Eugènia Bieto expusieron como la argumentación, la retórica y las narrativas juegan un papel central en la toma de decisiones y en el dar significado al proceso emprendedor. El tema de la emprendeduría es muy actual en los debates sobre la Universidad, cuando ahora-en este contexto de crisis-muchos reconocen que es necesario, más que nunca, fomentar el espíritu emprendedor de los universitarios. Se puede hacer esto sin la retórica? Tal vez, pero difícilmente se podrá prescindir de unas herramientas que los autores citados identifican como importantes para el emprendedor, que debe ser sobre todo alguien persuasivo. Por otra parte, en esta misma jornada también Eduard Bonet, junto con Hans S. Jensen y Alfons Sauquet, plantean en otra ponencia la necesidad de redescubrir la retórica, y de repensar el "management". Así exponen resumidamente los rasgos principales de la retórica aristotélica, la evolución de la misma y también sus implicaciones para el "management" y el liderazgo. Podemos interpretar que una parte de liderazgo es hoy en día indispensable en todas las profesiones universitarias. Todo el mundo en cierta forma debe liderar en las organizaciones de hoy. De aquí se desprende también el interés de recuperar la retórica.

Es un buen síntoma que ESADE, reconocida como una de las mejores escuelas de negocios del mundo, plantee recuperar la retórica en la educación superior. De paso esto lleva a una consecuencia indirecta como es la de valorar que las humanidades son muy necesarias para la retórica: ¿Cómo se puede mejorar el lenguaje y la expresión sino a través del mejor conocimiento de los clásicos? ¿Cómo se pueden tener claves sobre el presente sino es a partir de la experiencia del pasado que da la Historia? ¿Cómo se puede tratar la belleza sino se hace desde el sentido poético propio de las artes? etc., etc. Bienvenida pues esta universidad más humanista! Desde esta apertura a la dimensión humanista se abre también el espacio para tratar la espiritualidad y la religión.

En definitiva podemos interpretar que, a pesar de que el ideal de la "Areté" griega (centrada-podríamos decir-en la disposición de bienes de todo tipo) no es todavía del todo la "virtud" cristiana (le falta una corrección fundamental), si que es verdad que la consideración de la retórica abre la puerta a entender mejor los procesos humanos. Para el "management" supone una superación de la comprensión de los negocios sólo desde la visión podríamos decir "iuppi", esto es conseguir más y más dinero o poder, sea como sea. Efectivamente, en Aristóteles hay un "Ethos" y unos interlocutores que son personas formando parte inseparable de este ideal de la "Aristos" griego. Por otra parte, y de forma no menos interesante, la parte dialéctica y argumentativa de Aristóteles puede, además, contribuir a ayudar a pensar bien y a afianzar el criterio, procesos necesarios para afinar y consolidar las propias convicciones. Son unos primeros argumentos sobre la necesidad de recuperar la retórica en la universidad, a propósito de esta interesante jornada celebrada en ESADE.

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