Ya me perdonarán que les hable de una bendición de Ramos en concreto. Es a la que he asistido este año y seguro que hay otras que merecen un comentario. Sobre todo aquellas que un día en el que la Iglesia sale a la calle quieren que sea de la forma más festiva, atractiva y significativa por su poble o barri.
Éste sería el caso del procesión de Ramos de la agrupación parroquial Sant Eugeni I, Papa, y del Pilar, a la Esquerra de l'Eixample de Barcelona. Si no han tenido ocasión, vayan. Primero para creer la cantidad de gente que atrae y la que sigue la procesión hasta el interior de la Iglesia, en la que no existe la desconexión habitual entre la bendición de palmas y palmones y la misa. Luego, para hacerse cargo de que toda la gente que está implicada.
De entrada el grupo de los armados de la Palma d'Ebre, con cornetas y tambores, que son los que hacen más ruido. Como en otros lugares, Jesús pasea encima en una mula, acompañado de doce apóstoles. Pero además, entre los niños, las familias y los responsables de la catequesis que desfilan vestidos de hebreos aclamando a Jesús con laureles y ramas de olivo. Detrás de los curas celebrantes, la banda de música cierra la comitiva. Todo esto, cruzando varias calles del Eixample, de la parroquia de Sant Eugeni a la del Pilar. Y, también, durante la bendición con un grupo de animación de cantos de la parroquia. Y dicen que de cara al próximo año piensan en ampliar la comitiva.
Lo llamativo es cuando todo el cortejo no se detiene las puertas de la Iglesia sino que entra en el templo donde la gente ya les espera para iniciar la misa. Los armados terminan alrededor del altar y quienes deben capturar a Jesús se suman al reconocimiento que el Domingo de Ramos hace el pueblo al Mesías.
¿Pero sobre todo qué se puede ver? Pues una iglesia llena. Seguro que habrá quien discutirá las formas y puede que algún liturgista entre en colapso. Y también es cierto que hay que tener un cierto espíritu “fallero” como el que tienen los rectores de esta agrupación de parroquias, Ángel Jesús Navarro y Saturnino Rodríguez , conocido como mosén Nino. Por ejemplo, no a todas las parroquias se les ocurre enviar en Navidad un jamón al Papa y después les pasa que el propio Francisco les llama para agradecerles el detalle.
¿Pero cuál es la certeza? Que en un tiempo que la gente no busca discursos sino emociones, celebraciones como éstas llegan al corazón, como otras muchas expresiones populares de Semana Santa. Es precisamente lo que pedía el obispo auxiliar David Abadias , que este año ha presidido la celebración. Que la Semana Santa entrara en el corazón. También ha sido interesante que el obispo, con un estilo gaudiniano, ha predicado cuando estaba en la calle, y en la misa ha dejado que sólo hablara el Evangelio.
Y, por remarcar, un detalle no menor en los tiempos que corren de bilingüismo eclesial. Toda la celebración en catalán, pero con la inteligencia pastoral de incorporar cantos que seguramente acerquen la celebración a los católicos que provienen otras latitudes hispánicas.
Hace quince años que se puso en marcha esta procesión y en la red puede verse el interés que ha despertado alguna vez en medios de comunicación. Quizás sería bueno promover y agrupar experiencias como éstas que visibilizan iglesias llenas y con creatividad y flexibilidad pastoral.
Bona Setmana Santa.
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