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Catalunya Religió
ordenació episcopal fra Octavi Vilà
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Glòria Barrete -CR El centro de Girona desde la mañana ya denotaba que algo grande se esperaba durante la jornada. '¿A qué hora es el acto de la coronación?', preguntaba una turista despistada a los técnicos de la pantalla grande instalada en la plaza de los Apóstoles. Y no estaba prevista ninguna coronación, no, pero sí un gran acto para Girona, la ordenación episcopal del nuevo obispo, fray Octavi Vilà, que este domingo por la tarde ha tomado posesión como jefe de la diócesis de Girona. "Es muy emocionante", nos confiesa un miembro del equipo del obispado que ha estado al frente de la organización de este acto justo después de la procesión de entrada. Y es que han tenido que esperar más de dos años desde la muerte del obispo Francesc Pardo para tener nuevo obispo, y les ha tocado un buen obispo. Y están contentos, como nos decía un conocido periodista gerundense en la entrada.

"Estamos todos contentos y damos gracias que después de más de dos años sin obispo, esta querida Iglesia es provista del pastor que tanto necesitaba", ha afirmado el arzobispo metropolitano de Tarragona, Joan Planellas, durante su homilía. Y ha parecido que nadie ha querido perderse ese momento esperado. Más de mil quinientas personas han llenado todos los rincones de la catedral, y otras también lo han hecho desde fuera, con las sillas y espacios habilitados. 

TODO EL MUNDO QUERÍA SALUDAR A FRAY OCTAVIO

"Personalmente, también estoy contento porque el elegido es hijo de Tarragona, y, además, persona de grandes cualidades humanas, intelectuales y eclesiales, hasta ahora abad del mayor cenobio de la Tarraconense", prosiguió Planellas. Y aunque fray Octavi es de Tarragona, fray Octavi ha enamorado a Girona.

Una Girona que con aplausos constantes, dentro y fuera de la catedral, ha acompañado al nuevo obispo en toda la ordenación, y que en el momento en que, ya ordenado, con el báculo y la mitra, ha bajado a bendecir a la gente demostrado la alegría que sentía por tenerlo ya en Girona alargando el momento casi como si fuera una celebridad. Todo el mundo quería saludar a fray Octavio. 

"TENDRÁS QUE EXCULPAR MUCHO, ACONSEJAR TEOLÓGICAMENTE MUCHO, Y ASUMIR LA CARGA QUE SUPONE IR A CONTRACORRIENTE, CONTRARIAR"

Fray Octavi se añade a la larga lista de obispos que han presidido la sede de San Narciso, ha recordado Planellas, "que tiene una larga historia de fe cristiana". Como toda la Tarraconense, ha reconocido el arzobispo de Tarragona, "Girona ha sido primero cristiana antes que catalana". Y también se ha añadido a la lista de obispos que se han sentado en la popular 'Silla de Carlomagno', la Cátedra Episcopal, que en el caso de Girona sólo se usa una sola vez, durante la ordenación episcopal y ya nunca más.

Planellas ha querido recordar a fray Octavio el papel esencial del obispo. "El verdadero pastor es quien plantea la radicalidad del seguimiento de Jesús", aseveró, y le recordó que como obispo "tendrás que exculpar mucho, aconsejar teológicamente mucho, y asumir la carga que supone ir a contracorriente, contrariar". 

Y hacerlo, aseveró, con humildad, "una humildad que se transforma en fuerza y ​​que enlaza la conexión entre el Pastor y el rebaño, entre la fuerza y ​​la humildad". Una humildad que toma mucho simbolismo en el ritual de ordenación cuando fray Octavio se ha postrado en el suelo, durante más de 3 minutos, mientras se va recitando la letanía de oración en la que participan todos los asistentes. 

Durante el saludo inicial íntegramente en catalán, el nuncio apostólico, Bernardito Auza, también ha tenido palabras de agradecimiento para quien ha sido el administrador diocesano de Girona en ausencia de obispo durante más de dos años, Lluís Suñer. "Una labor fecunda" la que ha hecho, ha remarcado Auza. Suñer detalló a fray Octavi cómo los católicos en Girona "tenemos que remar fuerte", y le pidió "que conozca la idiosincrasia gerundense para que sea como una llama que ilumina". 

A la ordenación episcopal han asistido todos los obispos catalanes y algunos eméritos; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello; el nuncio apostólico para la Santa Sede en España, Bernardito Auza, numerosos curas, diáconos, abades, abadesas, provinciales y superiores de congregaciones y órdenes religiosas catalanas. También el obispo de Perpignan-Elne, Thierry Scherrer; el obispo de Bilbao, Joseba Segura; el obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué; el abad general del Cister, Mauro-Giuseppe Lepori, así como mucha presencia de monjes y monjas de la familia cisterciense que, colocados detrás mismo de los celebrantes, daban una gran sensación de familia apoyando a fray Octavi, hasta hace poco abad de Poblet. 

Asimismo han asistido numerosos representantes políticos, como la presidenta del Parlamento de Cataluña, Anna Erra; el alcalde de Girona, Lluc Salellas; el consejero de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal; el presidente de la Diputación de Girona, Miquel Noguer; el consejero de Derechos Sociales de la Generalitat de Cataluña, Carles Campuzano; el director general de Asuntos Religiosos, Carles Armengol; la delegada del Gobierno en Girona, Laia Cañigueral; el subdelegado del gobierno del Estado en Girona, Pere Parramon; el alcalde de Vimbodí y Poblet, Joan Canela; el alcalde de Tarragona, Ruben Viñuales; y otros políticos como el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol; Salvador Illa, Oriol Junqueras, el diputado en el Congreso, Joan CapdevilaJordi Turull, y numerosas personalidades del mundo cultural y cívico de Girona.

 

 

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