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Catalunya Religió
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Fotografia: European Space Agency sota llicència C.C. 3.0.

Roger Vilaclara –CR Ya hace meses, e incluso años, que la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat es motivo de discusión en tertulias y debates políticos. Las propuestas son diversas y en jornadas electorales como la que se vivirá este 23 de julio suelen tomar vuelo. El debate a menudo se centra en las consecuencias que una ampliación puede llevar por la zona natural de la Ricarda, en el delta del Llobregat. Pero, ¿qué piensan los cristianos ecologistas sobre esta discusión?

La respuesta del grupo de Ecología y Justicia, de Justícia i Pau Barcelona, ​​es clara: “El aeropuerto de El Prat no debe ampliarse”. Roser Bosch explica que el posicionamiento es mucho más profundo que la cuestión sobre cómo debe ser la ampliación de El Prat. "La remodelación del aeropuerto no responde a los criterios de reducción de consumo, emisiones y el decrecimiento que nos pide el planeta", explica Bosch. Con una mirada crítica, la ampliación de El Prat supone la continuidad del “mito del crecimiento ilimitado”.

La vicepresidenta de Justícia i Pau y coordinadora del eje Ecología y Justicia, Maria Bargalló, contextualiza el planteamiento con la encíclica Laudato Si' del papa Francisco. Evidentemente, la Iglesia como tal no ha emitido una opinión propia sobre la ampliación de El Prat y tampoco el Papa se ha pronunciado sobre un aspecto concreto como éste, pero el mensaje de fondo de la Laudato Si' pide "un cambio de forma de pensar y de vivir que es contrario a este proyecto". "El cambio de estilo de vida que la encíclica propone, y que se deriva del evangelio, supone reducir el consumo y el ritmo de vida", explica Bargalló.

"El Papa subraya la idea de que no somos dueños de la Tierra", recuerda Bargalló. "Nosotros somos cuidadores y administradores", dice. Por este motivo la naturaleza debe respetarse y cuidarse. "La realidad es que no necesitamos ampliar el aeropuerto, lo que necesitamos es reducir los viajes", afirma la vicepresidenta de Justícia i Pau.

Roser Bosch también habla de otro de los mensajes claros de la encíclica del Papa: La llamada a trabajar conjuntamente con personas, entidades y grupos que, aunque no sean eclesiales, luchen por una verdadera transición ecosocial. Y es así como, desde Justícia i Pau se apoya la labor de entidades que, desde esta perspectiva, "afrontan activamente la emergencia climática”, expone Bosch.

Por este motivo, la entidad está adherida desde 2021 a la Red por la Injusticia Climática de Cataluña que actúa coordinadamente en esta dirección. Asimismo, Justícia i Pau apoya la plataforma Zero Port en contra del crecimiento del aeropuerto y del puerto de Barcelona. "Nos hemos adherido a sus manifiestos y hemos apoyado las manifestaciones que se han convocado", explica Bosch.

Además de estas adhesiones, Justícia i Pau trabaja durante todo el año por la concienciación y la promoción de nuevas maneras de vivir ante la emergencia climática. Un ejemplo de este trabajo es el proyecto 'Art descalç sobre la Terra' que se inició este curso. Precisamente, uno de estos talleres tuvo lugar en el delta del Llobregat.

Sobre el 23 de julio, desde Justícia i Pau piensan que la campaña electoral puede volver a resurgir el tema del aeropuerto con fuerza. Sin embargo, aseguran que, para la entidad, siempre es un tema de actualidad el hecho de afrontar los retos de la crisis ecosocial: “Todos los momentos son buenos para atender este tema porque la raíz del problema es mucho más profundo que una simple remodelación de un aeropuerto”.

"NO ES UNA REFLEXIÓN COMO MUNICIPIO, SINO COMO PAÍS: ¿QUÉ CONSEGUIREMOS CON LA AMPLIACIÓN DEL AEROPUERTO?"

En primera línea, en El Prat, las sensaciones son similares. El párroco de las parroquias de San Pedro y San Pablo y de la Virgen de la Merced de El Prat de Llobregat, Josep Torrente, explica que las dos parroquias tienen grupos de reflexión sobre ecología y que están adheridos a la red de ecoparroquias de Justícia i Pau.

Las reflexiones de estos dos grupos siguen dos vertientes diferenciadas. Por un lado, el respeto al medio natural "en un territorio que ya ha sido suficientemente castigado anteriormente por la construcción de otras infraestructuras", explica Torrente. Por otra parte, el párroco afirma que los grupos se preguntan: "¿Hacia dónde lleva una ampliación de este tipo?". "No es una reflexión como municipio, sino como país: ¿Queremos que el aeropuerto aumente el tráfico? ¿Qué conseguiremos con esto?", se preguntan los grupos ecologistas de las parroquias de El Prat.

En este sentido, el rector subraya que se trata de unas obras que comportarán grandes gastos y una "agresión en el territorio" con la posibilidad de que en 15 años la Unión Europea exija reducir el tráfico de aviones por la emergencia climática. También se ha hablado de compensar a los espacios naturales destruidos con otros territorios. "La experiencia nos dice que esto no acaba ocurriendo", concluye Torrente.

Estos grupos de las parroquias de El Prat lo forman gente con sensibilidad medioambiental que empezaron a reunirse para trabajar la Laudato Si' cuando el papa Francisco la publicó. Entonces se unieron a la red de ecoparroquias de Justícia i Pau y con la llegada del debate sobre el aeropuerto los grupos quisieron afrontar también una reflexión conjunta.

Una nueva pista, ampliar otra o mejorar su gestión

El proyecto de ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat se remonta al año 2019. Entonces Aena se plantea aumentar la cantidad de vuelos intercontinentales a Barcelona, ​​pero esto pasa por una remodelación del aeropuerto que podría afectar al espacio natural del delta del Llobregat.

Las opciones que se han planteado en los últimos años son tres: ampliar una pista, añadir una nueva o cambiar el operativo actual para poder ampliar trayectos.

La primera de las opciones y la que a priori parece más sencilla es alargar la pista más corta para hacerla viable para vuelos intercontinentales. El problema es que esta ampliación afectaría al espacio natural de Ricarda, que está protegido y no se puede construir. Y en este punto es donde Aena se ha topado con las entidades ecologistas y naturalistas. Y no sólo eso. También la Comisión Europea avisó a España para no evitar el deterioro de los espacios naturales como el delta del Llobregat.

La segunda opción sería cambiar la actual operativa del aeropuerto. Y es que, actualmente en El Prat, los aviones despegan por la pista corta y aterrizan por la larga. Algo extraordinario que es una realidad por el ruido que provocaban los despegues de los aviones por la pista larga y que afectaban a los vecinos de la zona.

La otra opción es añadir una pista nueva. Una instalación difícil y cara que también afectaría al entorno. En este sentido, la última propuesta fue realizada en febrero por un equipo de ingenieros con el proyecto de construir una nueva pista sobre el mar. Una propuesta mediática por las imágenes virtuales que se difundieron con la nueva pista construida a 1,5 km de la costa ya 10 metros de altura respecto al mar.

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