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Trobada capellans Montserrat
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Jordi Llisterri- CR“Dios os guarde, o Madre santa”. Con este canto de saludo en la Moreneta se abría el encuentro del clero de Cataluña que se ha celebrado este miércoles en Montserrat coincidiendo con el Milenario de la abadía benedictina. Más de 500 curas, diáconos y seminaristas han llenado la basílica de Montserrat con la presidencia de todos los obispos catalanes y con el abad de Montserrat de anfitrión. Abadía ha impulsado este encuentro que no se celebraba desde hacía ocho años, cuando se convocó en Vic. La eucaristía la ha presidido el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que ha ejercido de presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense.

Pocas veces se ven más de 500 curas juntos concelebrando y en la homilía el arzobispo Planellas ha recordado que estos encuentros del clero catalán tienen una tradición que se remonta al cardenal Vidal i Barraquer. Que tomaron impulso de nuevo después del Vaticano II con los arzobispos Josep Pont y Gol y Ramon Torrella. Y por eso ha subrayado que con estos encuentros "mantenemos la convicción de la unidad pastoral de las diócesis con sede en Cataluña de que el episcopado ha ido fomentando a lo largo de los años". Además, las ha referenciado al documento "Raíces cristianas de Cataluña", al Concilio Provincial Tarraconense y al texto que también firmaron los obispos catalanes "Al servicio de nuestro pueblo". Planellas ha recordado que éste en todos estos textos "se daba fe de la realidad nacional de Cataluña, aficionada a lo largo de mil años de historia".

La "unidad pastoral" es un concepto que se ha repetido reiteradamente en los documentos conjuntos de los obispos catalanes. Fue uno de los temas clave del Concilio Tarraconense de 1995. Expresa la necesidad de que, pese a la autonomía que tienen los diez obispados en su gobierno pastoral, es imprescindible que las diócesis con sede en Cataluña tengan una dinámica conjunta para responder al perfil propio del país y en la proyección en la sociedad catalana.

"el problema no son, en ningún caso, las personas migrantes, sino que el problema son las causas que obligan a huir de casa"

Planellas ha reconocido que la sociedad y la Iglesia ha cambiado con el paso de los años, pero que se mantiene vigente la misma pregunta: "¿Cómo evangelizar en la actual situación?". Pregunta que hoy, a raíz del Sínodo que se cerró este fin de semana, se actualiza en “¿Cómo convertirse en una Iglesia sinodal misionera?”. La respuesta pide trabajar conjuntamente en un proceso de discernimiento que "no es una moda, ni siquiera una metodología, sino, principalmente una actitud".

Otro de los cambios en los que ha hecho hincapié el arzobispo Planellas ha sido en la inmigración, que debe entenderse como “problema” en tanto que “la casi totalidad de personas afectadas, se ven obligadas a migrar: son migrantes forzados”. Por tanto, “el problema no son, en ningún caso, las personas, sino que el problema son las situaciones y las causas que obligan a las personas a huir de casa”. "Migrar es un derecho, pero también lo es no tener que migrar forzadamente", ha asegurado.

También ha remarcado que muchos de estos migrantes están enriqueciendo a las comunidades cristianas. Y que no debe promoverse una pastoral “para ellos”, sino “con ellos”. En cambio, "demasiado a menudo se encuentran con obstáculos para actuar en nuestras comunidades".

“diáconos, presbíteros y obispos, debemos proteger nuestra lengua, debemos mantenerla presente en nuestras celebraciones, en nuestros textos”

Para el arzobispo de Tarragona, en esta tarea también es relevante que las comunidades cristianas “seamos capaces de transmitir el amor por nuestra lengua, para que la tengan bien presente y, a ser posible, que la incorporen pronto en su día a día, sabiéndola hablar y sabiéndola escribir”. Planellas ha hecho un llamamiento a un compromiso eclesial con la lengua catalana, ya que "diáconos, presbíteros y obispos, debemos protegerla, debemos mantenerla presente en nuestras celebraciones, en nuestros textos". Una demanda alineada con el discurso del abad de Montserrat cuando el pasado 10 de diciembre recibió la Medalla de Oro del Parlament de Cataluña.

Ofrecer esperanza

El encuentro del clero se ha iniciado con una breve bienvenida del abad de Montserrat, Manel Gasch, que ha destacado la singularidad de una abadía que “durante mil años los monjes hemos estado aquí, en Montserrat, alabando a Dios, acogiendo a los peregrinos, orando, leyendo, trabajando y rigiéndonos en nosotros mismos, siendo discípulos de San Benito”. La invitación de Montserrat a celebrar el encuentro del clero responde a la voluntad de "compartir estos valores con la iglesia de Cataluña que hoy ha peregrinado a Montserrat".

Mientras dentro de la basílica se oían los truenos de la tormenta que ha caído en Montserrat, ha continuado el encuentro con la conferencia del teólogo italiano Rino Fisichella, prefecto al Dicasterio para la Evangelización. Ofreció una conferencia sobre la espiritualidad mariana sacerdotal, con el tono profundo de la escuela de Benedicto XVI. En "un mundo que tiene necesidad de esperanza" ha hecho un llamamiento a "pasar de las muchas esperanzas que llenan nuestros días, a llevar la Esperanza basada en el Amor". Una respuesta a la "nebulosa de propuestas", "desilusión" o "falta de confianza" que se ha instalado en muchos sectores de la sociedad.

Fisichella también ha alertado de que si bien "la vida sacramental es la culminación de nuestra existencia", esto no debe hacer olvidar a los curas que "la naturaleza de la Iglesia es evangelizar" y ofrecer esta esperanza al mundo.

Almuerzo y visita a Montserrat

El encuentro ha tenido su espacio más celebrativo con una comida de todos los asistentes. Allí ha hecho un brindis el obispo de Sant Feliu de Llobregat, la diócesis a la que pertenece la montaña de Montserrat. Ha sido uno de los últimos actos con Agustí Cortés antes de que el 30 de noviembre se ordene su sucesorXabier Gómez, que también ha participado en el encuentro. Gómez ha coincidido por primera vez con todos los obispos catalanes, entre ellos el cardenal Juan José Omella y el cardenal Lluís Martínez Sistach.

 

 

Después del almuerzo los curas han podido visitar el Museo de Montserrat y los nuevos espacios expositivos que se han abierto coincidiendo con el milenario. Asimismo, pudieron ver el videomapaje de la Basílica que se estrenó este septiembre.  La Escolanía también ha participado en el encuentro durante la oración del mediodía.

Tanto al inicio de la celebración como en las plegarias de los fieles, se ha tenido presente la dramática situación provocada por las trombas de agua en el País Valenciano.

es también un espacio para dar un empuje y reconocimiento a la aportación que hace cada día el clero catalán a la sociedad catalana

El encuentro ha sido una ocasión de reencuentro del clero de Cataluña con una participación que ha superado en casi un centenar la del 2016. Esta convocatoria, que habitualmente se hacía cada tres o cuatro años, es también un espacio para dar un empuje y reconocimiento a la aportación que hace cada día el clero catalán a la sociedad catalana, aunque no se haya explicitado en ninguna de las intervenciones. El chaparrón que ha caído al mediodía recordaba el día que Juan Pablo II visitó Montserrat, pero también todo lo que ha llovido sobre los curas en los últimos años.

Dentro de los actos del Mil·lenari también está previsto un próximo encuentro con todos los religiosos y religiosas de Cataluña.

 

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