Domingo de Ramos. Ciclo B
Barcelona 29 de marzo de 2015
Una iglesia que se tome en serio su conversión a Jesucristo no será nunca un espacio de tranquilidad sino de conflicto.
No es posible una relación más vital con Jesús sin dar pasos seguros hacia niveles mayores de verdad.
Y eso siempre es doloroso para todos.
Cuanto más nos acercamos a Jesús mejor veremos nuestras incoherencias y desviaciones
– lo que hay de verdad o de mentira en nuestro cristianismo
– lo que hay de desorden en nuestros corazones, en nuestras estructuras, en nuestras vidas y en nuestras teologías.
Dios no nos preguntará qué sabemos, cuántos libros hemos leído, a cuántas clases hemos ido.
Nos preguntará qué hemos hecho y a quién.