PAU M. DURAN - crGustavo Gutiérrez, sacerdote y pensador, padre de la Teología de la Liberación, ha muerto a la edad de 96 años, en Lima, la capital de Perú. La teología de la Liberación llegó a Cataluña de la mano de diversas personalidades que tenían vinculación con América Latina, como el obispo catalán, Pere Casaldàliga, y algunos teólogos como José Ignacio González Faus. También las diferentes ediciones del Fórum Catalán de Teología y Liberación reunieron a numerosas personas de diferentes ámbitos eclesiales de nuestra casa. Hemos hablado con algunas de estas personas marcadas por la Teología de la Liberación del momento, como la teresiana Viqui Molins o el jesuita Jaume Flaquer.
La teresiana Viqui Molins, explica que descubrió el movimiento de la Teología de la Liberación durante un viaje a Nicaragua: “Cuando volví dije a mi comunidad que yo quería vivir de otra manera, que no quería dejar la Compañía de Santa Teresa, pero quería vivir siguiendo lo que vi allí”. Molins recuerda que fue gracias a la Teología de la Liberación que decidió marcharse del convento a Ganduixer y sumergirse en la realidad social del Raval para aplicar a su actividad las premisas de este movimiento teológico.
Molins también añade que en el Raval pudo conocer “un grupo de religiosos y religiosas que se reunía cada mes, de unas diez congregaciones diferentes, para crear un movimiento de ayuda y convivencia de base interreligiosa. Allí, algunos de los que habíamos estado en Sudamérica, pudimos aplicar la Teología de la Liberación en Cataluña, adaptándola, por supuesto, a nuestro contexto”. Molins defiende que este posicionamiento teológico ha tenido una fuerte influencia en el pontificado del Papa Francisco: "Creo que Gutiérrez ha tenido mucha influencia en la figura del papa, porque su pontificado ha supuesto un cambio que bebe de la Teología de la Liberación".
Jaume Flaquer, teólogo jesuita, remarca que la Teología de la Liberación, nace dentro del contexto latinoamericano y “ciertos pasajes de la Biblia como inspiradores de la reforma social y también eclesial que debe tener principalmente Latinoamérica, tomando como principal referente liberación del pueblo de Israel de Egipto que está en una situación de esclavitud”. Flaquer también menciona que la Teología de la Liberación llegó a Cataluña de la mano de diversas personalidades que tenían vinculación con América Latina “como por ejemplo el obispo Casaldáliga catalán, y algunos teólogos como José Ignacio González Faus, para que el contacto con Latinoamérica ha sido muy intenso desde España pero especialmente desde Cataluña”.
Flaquer sostiene que el papa Francisco, en relación con este posicionamiento teológico "ha modulado la Teología de la Liberación haciéndola evolucionar hacia lo que se llama la teología del pueblo". El ejemplo de esta evolución, según Flaquer, es el Documento de Aparecida, que recoge ciertos elementos de la liberación y los hace evolucionar integrando elementos no sólo socioeconómicos, sino otros más espirituales.
Referente mundial
La noticia de fallecimiento ha sido dada por la Orden de los Predicadores, a la que Gutiérrez pertenecía desde el 2001. Las exequias del teólogo tendrán lugar en la sala capitular del convento de Sant Domènec de Lima, cenobio donde residía desde su entrada en la orden.
Gutiérrez nació en la capital de Perú en 1928, en el seno de una familia con orígenes andinos y españoles. Estudió medicina y literatura en la Universidad de Perú, y una vez licenciado se trasladó a Francia para cursar los estudios de doctorado en filosofía y psicología en la Universidad de Lyon. Fue ordenado sacerdote a la edad de 31 años, y en el mismo año de su ordenación fundó el Instituto religioso Bartolomé de las Casas.
En 1968, ocupó el cargo de asesor nacional de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC). De ahí se convirtió en una referencia de los movimientos internacionales como Pax-Romana. De hecho, esta organización representará uno de los pulmones de su compromiso con los más necesitados. En 1968, a raíz de un congreso teológico celebrado en Ginebra, Gutiérrez redacta el documento que será el germen de su pensamiento, titulado “Hacia una Teología del Desarrollo”. Posteriormente, el título será modificado acuñando, por primera vez, el término 'Teología de la Liberación'.
En 1970, un fuerte terremoto devastó la ciudad de Lima, causando más de 80.000 muertes y afectando, sobre todo, a las familias de los estratos sociales más bajos. En ese contexto, Gutiérrez decide publicar el texto que se considera el elemento primordial de su posicionamiento teológico, titulado Teología de la Liberación. Perspectivas. Gutiérrez defiende que la verdadera liberación se articula sobre tres grados de implicación, consistiendo el primero en la liberación política y social a partir de la eliminación de las causas inmediatas de la pobreza y la injusticia; el segundo en la liberación humana fundamentada con la emancipación de los pobres, marginados y oprimidos; y, finalmente, el tercero en la liberación teológica conseguida gracias a la eliminación del egoísmo y el pecado y el restablecimiento de la relación del ser humano con Dios.
A consecuencia de sus escritos, en 1984, el cardenal Joseph Ratzinger -quien en ese momento era el prefecto de la Congregación por la Doctrina de la Fe, y, posteriormente, se convertiría en el Papa Benedicto XVI- pidió a los obispos peruanos que investigaran las obras y teorías teológicas de Gustavo Gutiérrez. Los obispos peruanos, reunidos en asamblea intentaron que el vaticano condenara los posicionamientos de Gutiérrez, pero finalmente esta condena nunca llegó -aunque algunos de sus colaboradores sí fueron condenados por defender posicionamientos más radicales vinculados a la teología de 'Liberación-.
