El monasterio de Montserrat fue hoy el escenario de la reunión fundacional de la Asociación de Municipios del Camino Ignaciano, una iniciativa que une más de sesenta municipios de los cinco territorios por donde transcurre esta ruta: Cataluña, Aragón, Navarra, La Rioja y País Vasco. El acto ha contado con la presencia de alcaldes y concejales de todas estas comunidades, que han formalizado la creación de la entidad con el objetivo de promover el turismo cultural y patrimonial a lo largo del trayecto que une Loyola, en Azpeitia, con Manresa.
El presidente de la asociación y alcalde de Manresa, Marc Aloy, ha destacado la importancia de trabajar conjuntamente para ofrecer un turismo "de calidad y desestacionalizado", que permita poner en valor los recursos turísticos de los municipios implicados. "Esta iniciativa refuerza la capacidad de los municipios para sumar esfuerzos y posicionar el Camino Ignaciano como un polo de atracción de visitantes interesados en el patrimonio, la cultura y la naturaleza", ha afirmado Aloy.
De momento, la asociación ha comenzado con sesenta localidades, pero se prevé que, a medida que el proyecto avance, se acabe sumando la totalidad de los 92 municipios que conforman la ruta. La asociación trabaja para dar visibilidad a los atractivos de cada territorio, así como para establecer una estrategia común que ayude a dinamizar a las economías locales mediante un turismo sostenible y respetuoso con el entorno.
El Camino Ignaciano, inspirado en el recorrido que hizo San Ignacio de Loyola en 1522 desde el País Vasco hasta Manresa, se ha consolidado como una ruta de interés para peregrinos y turistas que buscan una experiencia que combina espiritualidad, historia y paisaje. Con la creación de la asociación, los municipios confían en potenciar aún más su atractivo y mejorar la experiencia de los visitantes.
El Camino Ignaciano
El Camino Ignaciano es un itinerario que permite vivir una experiencia de peregrinación siguiendo el proceso espiritual que hizo San Ignacio de Loyola. Tras su conversión espiritual en Loyola, el caballero decidió abandonar la vida que había llevado hasta entonces como miembro de una familia noble y emprender un viaje hacia Jerusalén, pasando por Manresa. El recorrido sigue el Camí Ral que conducía a Barcelona, punto desde donde Sant Ignasi pretendía embarcarse hacia Tierra Santa.
La iniciativa de recrear esta ruta surgió de un grupo de laicos y jesuitas que se propusieron recuperar el trayecto histórico que el fundador de la Compañía de Jesús recorrió en 1522, desde Loyola hasta la “Cueva de Sant Ignasi” ” en Manresa.
El camino se inicia en la casa natal de Ignacio, un palacio medieval situado en Azpeitia, en el País Vasco, y finaliza en el santuario manresano, muy cercano al monasterio de Montserrat. Este itinerario es hoy un camino de descubrimiento espiritual y patrimonial que atrae a peregrinos y turistas de todo el mundo.
Un documental para descubrir el Camino
En 2022, la productora catalana Animaset creó el documental El Camino Ignaciano, dirigido por Jordi Roigé, para mostrar la belleza visual y espiritual de este recorrido histórico. La película tuvo su estreno el 14 de junio de 2022 en la Filmoteca Vaticana, en un acto que contó con la presencia de la entonces consejera de Justicia, Lourdes Ciuró; la consejera de Acción Exterior, Victoria Alsina; el alcalde de Manresa, Marc Aloy, y el superior de los Jesuitas, Arturo Sosa, entre otras personalidades.
El documental seguía las vivencias de cuatro peregrinos de diversas culturas y religiones, guiados por el jesuita Josep Lluís Iriberri, a lo largo de los 650 km que unen Azpeitia y Manresa. A través de sus experiencias, se mostraban las riquezas paisajísticas, arquitectónicas, culturales y gastronómicas de las regiones que atraviesa el camino.
La producción se presentó en los Cines Bages Centro de Manresa el 19 de julio, en los Cines Girona de Barcelona el 20 de julio y en el Cine Paz de Madrid el 21 de julio de 2022, llegando oficialmente a las salas el 22 de julio. Esta obra, distribuida por Adso Films, se llevó a cabo con el apoyo de los Jesuitas, la Generalitat de Cataluña, Turismo de La Rioja y otras instituciones, y se concibió como un homenaje a los 500 años del paso de Ignacio de Loyola por Manresa.
