PAU M. DURAN / ANNA GUIMERÀ –CR Unas ochenta misioneros claretianos de todo el mundo han celebrado del 7 al 16 de julio en Vic, en la casa madre de la Congregación, el Congreso de Espiritualidad, el acto que ha culminado la conmemoración de los 175 años de la fundación de la congregación. Han sido unos días intensos en un ambiente familiar y de hermandad que han terminado con la clausura del Año Jubilar, el martes 16 de julio.
Ese día de 1849 fue cuando san Antonio María Claret inició la congregación con un pequeño grupo de compañeros. Catalunya Religió ha conversado con tres misioneros claretianos de todo el mundo: Natividad Mikue, superiora general de las Misioneras de María Inmaculada en Guinea Ecuatorial; John-Binoy Thekkemoolamundayil, misionero de la provincia de Northeast India; y Fracisco Javier Reyes, misionero de la provincia de Estados Unidos y Canadá.
La vivencia del hecho religioso varía mucho en función de la provincia en la que desarrollan sus actividades. Natividad Mikue, por ejemplo, nos indica que en Guinea Ecuatorial más del 90% de la población profesa la fe católica, y que esto, pese a los riesgos de la mundanidad, les facilita mucho su labor. En cambio, John-Binoy Thekkemoolamundayil apunta que en India, pese a las dificultades de ser una minoría religiosa, el Cristianismo es una fe respetada y la población se interesa por conocerla.
Francisco Javier Reyes, señala que en Estados Unidos y Canadá la sociedad es muy compleja y, si sumamos este hecho a las grandes distancias, a veces dificultan la experiencia religiosa. Sin embargo, los tres misioneros están de acuerdo en que a pesar de las dificultades, cada comunidad vela por la difusión de la espiritualidad claretiana.
Por lo que se refiere a la figura del Padre Claret, los tres misioneros opinan que la figura del Padre Claret es muy atractiva para los jóvenes, especialmente para aquellos que tienen inquietud espiritual y una conciencia religiosa. Según el testimonio de los tres religiosos, muchos jóvenes se sienten atraídos a la experiencia espiritual que les propone la familia claretiana, y éste es un hecho común en la mayoría de provincias donde la congregación tiene presencia. Desde la perspectiva europea, sorprende ver cómo en países donde aparentemente el cristianismo no tiene mucha presencia el fuego claretiano brilla y quema con tanta intensidad.
Con relación a la experiencia de poder visitar la casa madre de la congregación y ser miembros de este congreso de espiritualidad, los tres misioneros se muestran muy emocionados y contentos de recibir esta posibilidad. Ninguno de ellos había estado antes en Vic, y poder encontrarse allí donde todo empezó y donde reposan los restos su fundador, para ellos ha sido una experiencia muy enriquecedora y emocionalmente impresionante.