(David Casals / CR) Es una fiesta tradicional en muchos países de tradición protestante: el Día de Acción de Gracias, o la Fiesta de la Cosecha, que se celebra a principios de otoño. En América del Norte, es una festividad nacional, el 'Traksgiving Day': en Canadá se celebra a mediados de octubre, y en Estados Unidos el cuarto jueves de noviembre. Hablamos sobre esta tradición que hacen también algunas comunidades protestantes catalanas con Jonathan Navarro, pastor de la Iglesia Evangélica de Cataluña en Rubí.
Cataluña Religión: Te acabas de incorporar tras el verano al ejercicio pastoral, tras cuatro años de estudio en el seminario. Esta ha sido la primera predicación de Acción de Gracias como pastor en activo. Cuéntanos, ¿qué es esta celebración?
JN: Esta celebración es un culto de acción de gracias por los frutos que hemos recibido por la gracia de Dios, y por eso llevamos los primeros frutos ante Él.
CR: ¿Qué simbolismo tiene, este dia?
JN: Le llevamos las primicias de la cosecha, no las sobras, para que Dios las reparta entre los necesitados: los siervos de Dios, las viudas y los extranjeros, es decir, aquellos que no pueden sostenerse por sí mismos. Me gusta tomar el significado de los textos del Deuterionomio y aplicarlo a esta fiesta que celebramos, una fiesta de agradecimiento a Dios y de solidaridad con el mundo.
CR: Jesús dice: "Yo soy el pan de vida: el que viene a mí no pasará hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed" (Juan 6, 35)
JN: Este relato gira en torno a una idea tan básica como la del pan, la del alimento, una idea básica y primaria. Fijémonos también que el primer relato bíblico después de la creación del ser humano gira en torno al alimento, en Génesis 1, la segunda cosa que dice Dios al hombre es que se alimente, y en el segundo relato, es lo primero que les dice: Que coman de todo árbol que da fruto menos del árbol del conocimiento del bien y del mal.
CR: ¿Cómo podemos llevar el 'pan de vida' que es Jesús a nuestra vida cotidiana?
JN: Por un lado el pan de Jesucristo es un pan espiritual, pues su alimento nos da fuerzas, nos forma y nos transforma en una dirección muy concreta, y esta dirección no es otra que la voluntad de Dios. Por otro lado esta espiritualidad se materializa en cosas muy concretas: justicia, solidaridad, misericordia hacia los más débiles, por ejemplo.
CR: Estas palabras de Jesús ¿como las podríamos adaptar a los tiempos actuales?
JN: Hoy la realidad es más complicada: al igual que antes el agricultor dependía de las lluvias para conseguir que las cosechas tuvieran fruto, hoy la mayoría de nuestros puestos de trabajo dependen de las lluvias de los mercados globales, de cifras económicas que no somos capaces de entender. Por eso aún hoy clamamos al cielo con el hijo de Dios, diciendo: 'Abba - padre -, danos hoy nuestro pan de cada día'.
CR: Entonces, ¿cuál es el mensaje de Jesús que podemos recordar en una fiesta como el Día de Acción de Gracias?
JN:¿Cuáles son las cosas que debemos hacer para buscar este alimento que no se estropea y da vida? Jesús responde de una forma muy sencilla. Cree en mí, porque yo soy ese alimento que el Padre da. Jesús dice: creéis en mí. Creéis en el Dios de la misericordia, Jesús es el pan que da verdadera vida en el mundo, porque renuncia a la violencia y al poder y denuncia la opresión y la injusticia que sufren los más débiles.