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Comentario a la segunda lectura del domingo 27 durante el año B

A partir de este domingo y durante 6 domingos más  leeremos fragmentos de la carta a los Hebreos. Empezamos hoy con unos versículos del capítulo segundo (He 2, 9-11) que hablan de que la “kenosis” o humillación temporal de Cristo no afecta a su auténtica grandeza y superioridad sobre los ángeles.

La lectura que nos ocupa empieza diciendo: “Pero contemplamos como Jesús, puesto un momento por debajo de los ángeles, ha sido ahora coronado de gloria y dignidad, por medio de la pasión y de la muerte”. Estas palabras son el colofón de la exposición que el autor hace en los versículos anteriores. En ellos el autor quiere demostrar que el mundo no ha sido sometido a los ángeles sino a Cristo. Los judíos de la época en que se escribe el Nuevo Testamento creían que los ángeles administraban las naciones del mundo; miembros de la secta de Qumram esperaban que el Mesías y su reino estarían sometidos a un arcángel. El autor de la carta a los hebreos afirma que el mundo inaugurado por el advenimiento de Cristo no estará sometido a los ángeles sino a un hombre, el hombre Jesús I aunque parezca que en el mundo el hombre no tenga un dominio total de la creación, por la fe podemos ver y creer que Cristo es superior a los ángeles y, aunque por un momento haya sido puesto por debajo de ellos, ahora está coronado de gloria y dignidad; los ángeles no gobernarán sobre los hombres en el mundo que se inaugura con Cristo sino que estarán sometidos al hombre Jesús.

“Jesús, puesto un momento por debajo de los ángeles, ha sido ahora coronado de gloria y dignidad, por medio de su pasión y de su muerte”. Nos encontramos ante el típico esquema de abajamiento – exaltación. Es el mismo esquema que Pablo presenta en un himno en la carta a los Filipenses; en esta carta se proclama que Jesús “se rebajó y se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido aquel nombre que está por encima de todo otro nombre”.

Lo que nos dice el texto de Filipenses y que también es aplicable al texto de Hebreos que nos ocupa es que Cristo preexistente tiene una manera de existir divina y de este modo de existir divina se ha desnudado. De aquí viene el concepto teológico de “kenosis” que hay que entender como un vaciamiento, como un rebajarse, una entrega, una renuncia. La “kenosis” está íntimamente ligada con la encarnación que es un acto libre donde se intercambia la figura divina con la figura humana del esclavo. Cristo se ha hecho igual a los hombres y el texto de Hebreos es explícito en este punto cuando dice: “él no se avergüenza de denominarlos hermanos”. Cristo ha abandonado el mundo de Dios y se ha rebajado al nivel de los hombres hasta llegar en el punto más bajo del abajamiento: la muerte en la cruz. Esto se acontece no para reparar el pecado de los hombres que pide una reparación salvífica sino que responde a un plan de Dios que tal como dice el texto: “Dios, que lo ha creado todo y lo ha destinado todo a él mismo, quería llevar muchos hijos a la gloria, y decidió que quien tenía que guiarlos a la salvación llegara a la plenitud por medio de los sufrimientos”.

Como  el humillado es exaltado, el texto de Hebreos dirá “ ha sido ahora coronado de gloria y dignidad”. Esta expresión además de ser una consecuencia de haber aceptado la muerte en cruz es una anticipación a la dignidad sacerdotal de Jesús porque comparar a Jesús como un gran sacerdote será un tema largamente expuesto en la carta a los Hebreos.

Domingo 27 durante el año. 6 de Octubre de 2024.

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