El cedro majestuoso

Comentario a la primera lectura del domingo 11.º durante el año. B

Leemos en la primera lectura de este domingo un texto del profeta Ezequiel (Ez 17, 22-24). El profeta fue al exilio de Babilonia en el año 597 a. C.. Entre los exiliados, en el país de Babilonia a la orilla del río Quebar tuvo la llamada profética y fue entre los exiliados que llevó a cabo su actividad profética.

Casi la totalidad del libro de Ezequiel se puede atribuir al profeta: las experiencias extáticas, las acciones simbólicas y los numerosos oráculos. Pero no debe descartarse la intervención de su escuela, de sus discípulos que retocaron algunos pasajes y añadieron otros.

Durante más de veinte años predicó, tal como hemos dicho, entre los exiliados a Babilonia. Interpretaba el exilio como el castigo de Dios impuesto a su pueblo a causa de su idolatría y su infidelidad. En su análisis puso la mirada en las experiencias negativas de la historia de Israel y centró las críticas sobre todo en las clases dirigentes. Luchó enconadamente contra las falsas ilusiones esparcidas por unos falsos profetas que minimizaban el impacto de la deportación y engañaban al pueblo prometiendo una rápida liberación. Con todo, el profeta consolaba al pueblo con una salvación futura. El texto que leemos en la primera lectura corresponde al anuncio de esta liberación.

Para entender bien e interpretar correctamente los versículos de nuestra lectura hay que tener presente la primera parte del capítulo 17 donde se encuentra nuestro texto. Una águila de alas anchísimas y plumaje espeso toma la punta de un cedro,  corta la rama más alta  (se refiere al rey de Judá, Joiaquim) y se lo lleva en un país de mercaderes (Babilonia, allá son desterrados el rey y los principales de Judá). Para asegurar la jugada el águila toma un sarmiento para hacer una cepa lozana pero de poca envergadura  ( se refiere a Sedecias el último rey de Jerusalén puesto en el trono con la pretensión que sería siempre fiel a Babilonia).

Había otra águila también de alas anchísimas y plumaje espeso (se refiere a Egipto). La cepa giró hacia ella sus sarmientos (Sedecias buscó la alianza con Egipto por librarse de Babilonia). La actitud de Sedecias ocasionó la ruina del reino de Judá. Ezequiel denunció aquella rebelión y el pueblo fue castigado con el exilio por no hacer caso del profeta y romper el pacto con el Señor.

El pueblo que está en el exilio ha perdido la esperanza, entre los miembros de la comunidad arraiga el desaliento. Ezequiel los tendrá que convencer que Dios no los ha abandonado. Valiéndose de la imagen del cedro y el rebrote el profeta cambia el planteamiento a fin de anunciar la liberación del pueblo. El Señor arrancará la punta más alta del cedro altivo y tomarà un rebrote. Es una referencia a la dinastía davídica. Recordamos los pasajes de Isaías: “Un rebrote nacerá del tronco de Jessé, brotará un plantón de sus raíces” (Is 11,1); “Aquel día el rebrote de Jessé se levantará como bandera entre los pueblos” (Is 11,10).

Lo plantará en la cumbre de una gran montaña, en la excelsa montaña de Israel. Se refiere en la montaña de Sión, la montaña sobre la que está edificada Jerusalén, la ciudad que David erigió como capital del reino davídico y el lugar donde está el templo del Señor (Sl 76,3).

Cuando Ezequiel escribe estas palabras, el Templo de Jerusalén sigue de pie, pero tiene los días contados. Ezequiel, de hecho, profetiza su desaparición. Sin embargo, si cae un gran árbol, el Señor tiene el poder de hacer crecer un nuevo árbol. Esto es lo que el Señor promete hacer con Judá. Sí, Nabucodonosor arrasará el templo, pero esto no será el final. El Señor velará a fin de que el templo se establezca una vez más en la montaña santa. El pueblo de Dios adorará el Señor allí una vez más y no tan solo el pueblo del Señor sino “pájaros de todo tipo”, es decir , todos los pueblos de la tierra podrán ir al templo de Jerusalén a bendecir y alabar el Señor.

Domingo 11.º durante el año. 16 de Junio de 2024