Los versículos que leemos en el evangelio de este domingo (Jn 16,12-16) provienen del discurso de despedida del evangelio de Juan, contenido en los capítulos 13-17. En ellos resuenan las palabras de Jesús anunciando el don del Espíritu a los discípulos.
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Se percibe claramente que el Espíritu se presenta como el continuador de la obra de Jesús. Una vez Jesús ha dejado los discípulos, el Espíritu toma el relevo. La presencia del Espíritu sustituye la presencia de Jesús o, dicho de otro modo, la presencia de Jesústoma una forma nueva: el Espíritu. No se da hasta que Jesús ha muerto (7,37-39). Su actuación no comienza hasta que Jesús se ha ido. Lucas lo expone muy claro y gráficamente en el libro de los Hechos (1-2) cuando el don del Espíritu no se produce hasta que Jesús ha subido al cielo.
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El Espíritu es don y el donador es el Padre (14,16.26; 15,26). Fijémonos que en la escena del bautismo se muestra como Jesús posee el Espíritu (1,33) como don que proviene del cielo, es decir, del Padre. Al tener el Espíritu, Jesús lo puede entregar a la hora de su muerte.ang = "CA" style = "font-size: 11.0pt; font-family: Verdana; mso-bidi-font-family: Arial"> "inclinando la cabeza entregó el espíritu" (19,30). Entregar el espíritu puede ser una manera de decir que Jesús muerto físicamente, pero puede tener un sentido que vaya más allá: el de la entrega y donación de todo lo que Jesús es y tiene. A quien lo entrega? Al Padre que é
s quien le ha dado, pero también en la primera incipiente pequeña comunidad, reunida al pie de la cruz y representada por María y el discípulo amado. Este don que comienza en la cruz se intensifica y llega a su plenitud en el don del Espíritu, que Jesús hace a los discípulos en su aparición (20,22).
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El Espíritu se convierte en clave de comprensión de todo lo dicho en el evangelio de Juan. La enseñanza del Espíritu no es una novedad inédita, sino que está en continuidad con todo lo que Jesús ha enseñado. & Nbsp; Desaparecen los enigmas y las oscuridades de las palabras de Jesús; con el Espíritu, la enseñanza de Jesús deviene claro y transparente.
El Espíritu dela verdad conducirá a la verdad completa (v.13). Para un científico la verdad es la certeza que se obtiene mí diante mediciones, cuantificaciones y comprobaciones exactas. No se trata aquí de este concepto racional de la verdad. Platón enseñaba que, además de la verdad que se obtiene con eel razonamiento lógico de la filosofía, existe la verdad que se esconde en los mitos. Cuando en el Evangelio de Juan se habla de verdad tampoco tiene este sentido que le daba Platón. También hay que alertar que verdad no debe entenderse en el evangelio de Juan en el sentido que le daban los gnósticos: La verdad, emanación de una fuerza creadora se debe conseguir con el & rsquoo; esfuerzo del conocimiento y es el polo o contrapunto opuesto a la falsedad y mentira de nuestro mundo corrompido.
La verdad es uno de los conceptos fundamentales del evangelio de Juan. No es una acumulación de das, de saber y saber muchas cosas. No es la verdad científica, ni mítica ni gnóstica. La verdad es el proyecto de Dios que se ha revelado en Jesús. La Palabra, el logos de que habla el prólogo del evangelio debe entenderse como el proyecto de Dios sobre toda la humanidad. Cuando el Espíritu nos conduce a todos los rincones de la verdad nos hace conocer elplan de Dios para todos y para siempre, por eso revelar el futuro - "os anunciará el futuro" (v.13) - forma parte de la revelación del Espíritu.
Festividad de la Santísima Trinidad
26 de Mayo de 2013