En el kilómetro tres de la carretera que va de Sabadell a Matadepera hay un monolito para recordar a mosén Gaietà Clausellas. En esta cuneta fue asesinado el 14 de agosto de 1936. Uno de los que recuerda este hecho porque oyeron los disparos fue un chico llamado Josep Cardús. Más tarde sería mosén Cardús, uno de los curas más progresistas del Vallès que murió hace cuatro años. Mosén Clausellas, en cambio, tuvo una estrecha relación con uno de los curas más significados del integrismo en Cataluña, Fèlix Sardà y Salvany. Y cuando Salvany murió, Clausellas le sustituyó como cura de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, un asilo situado frente a la Academia Católica de Sabadell. Pero una de las primeras biografías de mosén Clausellas, la escribe en 1952 Jesús Farrés, padre del que sería el primer alcalde de izquierdas de Sabadell después de la dictadura. Farrés explica que el asesinato de un cura que se dedicaba a atender a los más necesitados fue un choque por toda la ciudad. El alcalde que en 1936 intentó detener el asesinato del cura de Sabadell también era del PSUC.
Todo este entramado muestra la complejidad que envuelve la beatificación de los mártires de la Guerra Civil. Pero en el caso de Clausellas lo relevante es que el paso del tiempo no ha borrado su recuerdo en Sabadell. Ahora será beatificado el próximo sábado 23 de noviembre en la Sagrada Familia de Barcelona, junto con el laico Antoni Tort.
Todo esto se puso de manifiesto en la presentación del libro Vida y milagros de Mn. Cayetano Clausellas que se celebró este jueves en la Academia Católica de Sabadell. Con el salón de actos bien lleno.
"el carisma de cura Gayetano tiene plena actualidad, no es un fósil de otro tiempo"
Mosén Blai Blanqué, uno de los editores de la obra, defendió que “el carisma de cura Gayetano tiene plena actualidad, no es un fósil de otro tiempo”. Por su dedicación a los ancianos y a los más desvalidos "nos habla de lo que está pasando hoy". Por eso, explicó que “quien podrá entender su carisma son creyentes y no creyentes que acompañan a los pobres, que acogen a los desamparados... estos son quienes deberían tener el asiento preferente en la Sagrada Familia”.
“No es distinto amar a Dios que amar a la justicia”, concluyó Blanquer, que recibió un contundente aplauso.
La parte central del acto fue la conferencia del canónigo Robert Baró, doctor en historia e hijo de Sabadell. Por eso conoce que la figura de cura Clausellas "no es extraña a nadie de Sabadell". Todo el mundo ha pasado por delante del monolito que recuerda su asesinato y todo el mundo sabe que los restos descansan en la parroquia de San Félix de Sabadell. El relieve de la lápida está desgastado por las manos de la gente que en las últimas décadas han ido a venerarlo antes de que fuera oficialmente beato.
Baró ofreció un contexto histórico paralelo a la vida de mosén Clausellas, desde su nacimiento en 1863 hasta su asesinato en el inicio de la Guerra Civil. El recorrido histórico es un relato de tensiones "de una sociedad rota por la división entre clases sociales e ideologías y dentro de las mismas clases sociales". En este terreno convulso florece también un catalanismo "que quiere rejuntar a la sociedad catalana alrededor de la Virgen María y de la patria". Al mismo tiempo, es cuando nace la Doctrina Social de la Iglesia “que se manifiesta contraria a la ruptura social y a los excesos del capitalismo”.
En este contexto, el padre Gaietà, no es un hombre de estudios ni de ideologías. Pero ve cómo en 1909 arden la parroquia de San Félix donde fue bautizado, mientras nadie pone remedio a las desigualdades sociales, en una ciudad que no para de crecer y con un crecimiento industrial espectacular.
"Todos los que somos hijos de Sabadell tenemos presente por la sencillez de mosén Gaietà"
Después de la dedicación a varias parroquias, mosén Gaietà se vuelca en los últimos veinte años en la atención de los ancianos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Sabadell y en ayudar a personas necesitadas de toda la ciudad. Era una época sin subsidios ni pensiones para los jubilados sin recursos, que debían fiarse de la beneficencia. “Todos los que somos hijos de Sabadell tenemos presente por la sencillez de cura. Gayetano, como un hombre de bien y un hombre de paz”, concluyó Baró.
El acto se cerró con unas palabras de obispo de Terrassa, Salvador Cristau, acompañado del actual párroco de San Félix, Xavier Farrés, que ha movilizado a cientos de personas para asistir a la beatificación. Cristau remarcó que “si mosén Gaietà dio este testimonio de humildad y sencillez y atención a los pobres, es porque tenía el anhelo de acercarse al infinito”. Al acto también asistieron dos sobrinas de mosén Gaietà.
la beatificación quedó detenida porque se incluyeron en el mismo proceso que el del obispo Irurita
La presentación del libro ha formado parte de los distintos actos que ha organizado el obispado de Terrassa coincidiendo con la beatificación. El 28 de noviembre el obispo Salvador Cristau presidirá la Misa de Acción de Gracias a la parroquia de San Félix de Sabadell.
La beatificación de mosén Clausellas se realizará conjuntamente con el laico Antoni Tort. Sus causas se abrieron en 1959, pero la beatificación quedó detenida porque se incluyeron en el mismo proceso que el del obispo Manuel Irurita. Las dudas sobre si realmente Irurita fue asesinada durante la Guerra Civil y la instrumentación ideológica que han hecho algunos sectores eclesiales de la misma, han dejado su beatificación en un punto muerto. En cambio, está probado que Antoni Tort fue detenido y asesinado cuando se descubrió que había acogido al obispo ya un grupo de religiosas en su casa.
Finalmente, hace tres años el obispado de Terrassa promovió separar ambas causas para que pudieran salir adelante. En abril de ese año el papa Francisco aprobó la causa de Causellas y Tort y les declaró los mártires. La beatificación del 23 de noviembre en la Sagrada Familia estará presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, y concelebrada por el cardenal Juan José Omella y el obispo de Terrassa.
