Sant Benet de Montserrat, sede acreditada en formación de Focusing en Cataluña

Ya hace 18 años que en el Monasterio de San Benito de Montserrat se han ido impartiendo talleres y cursos sobre Focusing. Se estima que en todo este tiempo, ya han pasado por el Monasterio más de 600 participantes interesados ​​en conocer más a fondo esta disciplina. Los puntos de referencia de la formación en Focusing parten de las intuiciones del creador, el psicólogo y filósofo Eugene Gendlin en la década de 1960, el enfoque de su discípulo, Ann Weiser y la inclusión y apertura hacia la espiritualidad.

A partir del próximo septiembre, se ofrecerá el itinerario completo de formación y profundización que tendrá una duración de 2 años, y se podrá cursar tanto en la modalidad presencial en fines de semana (uno al mes), como en la modalidad online entre semana (sesiones de 3h una vez por semana). Al finalizar el primer año, se podrá obtener el certificado que acredita el conocimiento de los Fundamentos en Focusing y completando el segundo se podrá obtener el título de Trainer o Terapeuta Orientado en Focusing de validez internacional. El proceso de inscripción ya ha comenzado y puede formalizarse a través de la web www.focusingmontserrat.org

Descubriendo la sabiduría interior

En el mundo agitado y acelerado en el que vivimos, a menudo nos encontramos desconectados de nosotros mismos y nuestras emociones más profundas. "Estamos tan inmersos en nuestras responsabilidades diarias y preocupaciones externas que apenas encontramos tiempo para sintonizar con nuestra sabiduría interior", afirma el director de la escuela de formación Focusing Montserrat, Gerard Porredón. Sin embargo, existe Porredón, una práctica transformadora llamada Focusing “que nos permite volver a conectarnos con nuestra sabiduría interna y acceder a una mayor autotrascendencia”.

"Todo lo que vivimos", explica el director del centro, Gerard Porredón, "deja una huella en el cuerpo, y si generamos el hábito de relacionarnos con ella amablemente, el cuerpo se convierte en un interlocutor y compañero que nos acerca a descubrir y convertirse en la persona que podemos ser”.

Pero en lugar de analizar o interpretar nuestros sentimientos desde una perspectiva intelectual, el Focusing invita a acoger las experiencias internas “sin juicio”, y permitirles desarrollarse y expresarse por sí mismas. Una de las herramientas del Focusing para ello es, en primer lugar, ponerse en pausa. "Implica detenerse y tomar tiempo para sintonizar con nuestras sensaciones físicas y emocionales", afirma Porredón. Cerrando los ojos y prestando atención a las áreas del cuerpo en tensión, con incomodidad, o con algo más en nuestro cuerpo, reconoce que "podemos empezar a escuchar lo que nuestro interior está tratando de decirnos".

El segundo paso después de identificar las sensaciones físicas o emocionales será interactuar con ellas, y a medida que nos abramos a escuchar las respuestas que surgen desde dentro “podemos sorprendernos descubriendo información y sabiduría que hemos estado ignorando mucho tiempo”.

Con una metáfora, el Focusing puede explicarse como “una manera de llegar a sentir una corriente de agua subterránea, discreta y sutil que hay en nuestro interior”. Si aprendemos a notar estas “sensaciones sentidas” uno puede escuchar qué le está diciendo su propio cuerpo, un lenguaje que inicialmente es borroso pero que después puede tomar forma de intuición, de orientación, de comprensión más completa y profunda de lo que vivo, e incluso, en ocasiones, puede despertar procesos que permanecen parados en nosotros, haciendo lugar al cambio”.

Además de su aplicación en la terapia, el Focusing, explica Porredón también se puede utilizar como una herramienta de autocuidado y crecimiento personal. "Es una práctica que podemos incorporar en nuestra vida cotidiana para mantenernos conectados con nosotros mismos y navegar de forma más consciente a través de los desafíos y cambios que encontramos en el camino".

Si bien es una valiosa herramienta para explorar y comprender nuestra experiencia humana, es importante destacar que el Focusing no está específicamente orientado hacia una conexión religiosa o espiritual con Dios. Sin embargo, algunas personas pueden encontrar que el Focusing les ayuda a profundizar en su relación personal con lo divino o a desarrollar una mayor conciencia espiritual. “Al sintonizar con nuestro ser interior y escuchar nuestras emociones y sensaciones corporales, podemos cultivar una mayor conexión con lo sagrado, sea cual sea la forma en que lo experimentamos”.

El Focusing, reconoce Porredón, puede proporcionar un espacio para explorar y procesar preguntas y dilemas existenciales, así como para reflexionar sobre el propósito y significado de nuestras vidas. Al permitir que nuestras experiencias internas se expresen y desarrollen, podemos descubrir una mayor claridad y perspectiva en relación con nuestras creencias espirituales y la búsqueda del trascendente.

Una cultura evitativa

El Focusing tiene mucha presencia en muchos países. En Estados Unidos, en Alemania, en Francia, pero aquí otras corrientes terapéuticas tienen más. Porredón no huye de que el Focusing es contradictorio en nuestro mundo. "Nuestra cultura es muy evitativa, mucho de evitar estar en contacto con nosotros, y esto tiene un sentido, para protegernos de emociones y vivencias difíciles". Hay muchos mecanismos para saltarnos al estar en contacto con nosotros. "Si hiciéramos, sin embargo, un paso de pausa y viéramos que no es tan difícil estar con esto, entonces vendría la sorpresa".

Porredon afirma que muchas veces “sólo necesitamos detenernos y saber que ofrecemos tiempo y espacio para escuchar la vivencia. Y esto muchas veces ya destensiona”. Si, además, puede darme el significado que está guardando, pues es una ganancia doble, “un tesoro”, explica. Pero ya detenerse a menudo lleva a un cambio. "El interior está llamando a la puerta siempre, está deseando expresarse, pero muchas veces no encuentra la manera".

Focusing Montserrat está dirigido por el terapeuta Gerard Porredon, y el equipo de formadores cuenta con la abadesa del Monasterio, Maria del Mar Albajar, Pau Nadal y el propio Gerard Porredon; así como formadores invitados de dentro y fuera del Estado. La madre abadesa, se formó en Berkeley (EEUU) en la disciplina del Focusing con Ann Weiser.

La escuela Focusing Montserrat también está trabajando para ofrecer una propuesta de formación y profundización en la Biospiritualidad (una derivada del Focusing), avalados, en este caso, por The Biospiritual Institute. Dirigen la formación a profesionales del ámbito del acompañamiento (psicólogos, terapeutas, maestros, cuidadores...), a personas que quieren hacer un camino de crecimiento personal/espiritual, y a personas que se dedican a la creación y al arte.