Las Carmelitas Teresas de Gràcia: obra religiosa, casa madre y museo

Víctor Rodríguez –CR En el corazón del barrio de Gràcia, cerca de la plaza de la Virreina y junto a la transitada calle de Asturias, se encuentra la Casa Madre de las Carmelitas Teresas de San José, una congregación fundada en 1878 en la entonces villa independiente de Gràcia. Una calurosa tarde de octubre nos abren las puertas de su casa las hermanas Paquita Santos, Mercè Fernández y Carmen Garcia con quienes conoceremos el espacio donde empezó la obra religiosa de Teresa Toda y Teresa Guasch y el museo que celosamente custodian y que cuenta su historia a través de múltiples objetos.

Teresa Toda, nacida en Riudecanyes en 1826, y su hija Teresa Guasch, llegaron a Gràcia provenientes de Tarragona animadas por el canónigo Josep Caixal -que se convertiría en obispo de Urgell- con el objetivo de fundar una congregación religiosa para atender a niñas pobres y principalmente huérfanas. Teresa Toda hacía unos años que había conseguido de los tribunales eclesiásticos de Tarragona la separación de su marido por los continuados malos tratos y humillaciones de la que era víctima. Ya libre y con el apoyo y compañía de su hija Teresa Guasch se fueron a Barcelona para crear una escuela para niñas huérfanas que abriría a Gràcia en 1877.

Al año siguiente, nacía formalmente la congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José, una orden religiosa que hoy tiene unas 225 hermanas repartidas por diferentes países y que centra principalmente su misión en el ámbito educativo. Cinco años después, en 1883, se aprueban las primeras constituciones y Teresa Toda realiza la profesión religiosa junto con su hija y otros tres jóvenes. Ella será la superiora general y su hija, la maestra de novicias y quien la sustituirá al frente de la congregación cuando fallezca en 1898.

En nuestro país 140 años después, las Carmelitas Teresas tienen escuelas en Mora d'Ebre, Sabadell, Lleida, Tarragona y Reus y su obra se extiende también por diferentes zonas del estado español así como en Cuba, Mozambique, República dominicana , Chile, Colombia, Puerto Rico, México y Costa de Marfil.

Teresa Guasch fue proclamada venerable en 2004 por el papa San Juan Pablo II y en 2013, el Papa Francisco proclamó venerable a Teresa Toda. Ahora, el proceso camino de los altares está abierto a la espera del primer milagro que permita su beatificación. Los restos de ambas fundadoras reposan hoy en dos capillas laterales de la iglesia de la Casa madre, la única parte histórica conservada del primer edificio que vieron construir ellas mismas y donde hoy nos adentramos.

Encuentro casual de la primera piedra

Antes de acceder al museo, sorprende un rincón presidido por una gran piedra. En 1985, al hacerse obras de rehabilitación del edificio, una excavadora encontró enterrada en el patio la primera piedra de la construcción de la casa fundacional. En un bote de cristal dentro de la cavidad de la piedra había una serie de objetos depositados el 8 de octubre de 1883: la tarjeta de visita y los estatutos de la escuela recién creada, monedas y medallas, dos diarios de aquél día 'El correo catalan' y 'El Escudo de Gràcia' y otras dos revistas que hoy se conservan en una vitrina destacada del Museo. La primera piedra reencontrada es pues la antesala del acceso al espacio histórico museizado y como dicen los salmos: "La piedra que rechazaban los constructores ahora corona el edificio".

Las monjas nunca se han ido de este espacio que afortunadamente se salvó de los incendios de la Semana Trágica y de la Guerra Civil, pero el edificio ha sufrido diferentes cambios a lo largo de la historia. Sede de los inicios de la congregación, fue una escuela-orfanato para acoger a niñas sin familia que se convertiría en escuela a partir de los años setenta del siglo pasado. Durante todos estos años fueron muchos gracienses que pasaron por las aulas de este centro que cerraría en 1994. "El actual obispo auxiliar David Abadías fue alumno de esta casa", expone orgullosa la hermana Mercè Fernàndez.

Los cambios en el mundo educativo -y también en la misma congregación- hicieron que se decidiera convertir a la Casa Madre en enfermería para las monjas mayores, función que acoge desde 1997 y donde viven actualmente una treintena de hermanas necesitadas de cuidados especiales por razones de edad y de salud.

El museo de la madre Teresa Toda

El actual museo, que ocupa buena parte de los sótanos de la casa, fue inaugurado en 1990 en el anterior edificio cuando todavía funcionaba la escuela y por iniciativa de la hermana Concepción Mediavilla. Ella se había encargado de ir recogiendo objetos históricos de las diferentes casas de la Congregación desde hacía años con la idea de construir un museo el día de mañana. Un sueño que sería realidad en 1990.

Con el nuevo edificio inaugurado en 1997, el Museo se ampliaría en espacios y se modernizaría la museografía y desde entonces la colección no ha parado de crecer año tras año. Su principalmente responsable es la hermana Paquita Santos, que con 92 años conoce todo lo que hay y su procedencia y se cuida a diario de la limpieza, museización y conservación del espacio. "Tenemos muchas cosas, demasiadas, pero el museo no para de crecer porque muchas hermanas nos traen objetos para exponer y conservar", explica esta religiosa palentina de sonrisa permanente.

Este espacio museizado es una recopilación museográfica de objetos relacionados con la congregación desde su fundación. Objetos personales de las fundadoras, las constituciones de la Congregación, así como una muestra de recuerdos provenientes de los países en los que las Carmelitas Teresas tienen casas. Por eso, cada vez que monjas de otras comunidades visitan la casa, aportan a menudo algún objeto identificativo de su tierra que se adjuntan a los de algunas casas históricas de la Congregación que se han cerrado en los últimos años. Casullas, sagrarios, cálices y patenas y otros objetos históricos completan la extensa colección.

El museo a menudo es visitado por los alumnos de las diferentes escuelas de la congregación, por los maestros y equipos directivos que realizan encuentros así como por las personas que aman la obra de Teresa Toda y todas las hermanas que la han precedido. Visitarlo siguiendo las explicaciones de la hermana Paquita Santos es conocer de primera mano el nacimiento, expansión y evolución de esta congregación que cuenta con un museo que nació -y sigue creciendo- con la voluntad de recoger todo lo que tiene que ver con las Carmelitas Teresas de San José.

El jardín, el oratorio y la iglesia, espacios singulares

El edificio, que ocupa la esquina entre las calles de Verntallat y del Robí, tiene un bonito jardín interior, que se convierte en un espacio de tranquilidad y un oasis verde único en el popular barrio de Gràcia. El jardín está presidido por una hermosa estatua de las fundadoras del artista Ramon Ferran Pagès, escultor muy relacionado con la congregación y autor de diversas obras del museo.

Destaca también un oratorio de pequeñas dimensiones y de concepción moderna al que se accede desde el interior del edificio y como la proa de un barco, se adentra en el jardín. La iglesia histórica, perfectamente restaurada y a la que se accede desde la calle Verntallat está presidida por una bonita imagen de la Virgen del Carmen mientras a ambos lados reposan los restos de las fundadoras. Como el edificio hace funciones de enfermería, el corazón del templo ha sido adaptado como oratorio diario para las hermanas mayores donde pueden acceder desde la propia planta de enfermería.

Quien quiera conocer de primera mano y desde casa uno de los rincones más singulares e históricos de Gràcia puede hacerlo accediendo a la página web del Museo Teresa Toda las Carmelitas Teresas.