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Catalunya Religió
església tancada
Foto: Pixabay.

Glòria Barrete –CR La iglesia de Santa Magdalena de Esplugues de Llobregat, en el obispado de Sant Feliu, sufrió a principios de octubre un robo de casi mil euros sustraídos de las cajas de donativos del templo. El párroco de la parroquia, Xavier Armengol, pilló al ladrón escondido dentro de la iglesia y pudo avisar a la policía local que lo encontró escondido sobre un armario y tapado con una alfombra. No era la primera vez que ese individuo entraba a robar, ni tampoco es el único caso de hurtos e incidentes en iglesias, parroquias o ermitas en Cataluña. Este reciente robo pone sobre la mesa un tema más de fondo, la difícil tarea actualmente de tener las iglesias abiertas durante todo el día y contar con un sistema de protección y seguridad para evitar posibles robos e incidentes.

En mayo de este año 2023 la iglesia de Santa María de Cervera sufrió un robo y destrozos por valor de dos mil euros, y ya en 2011 muchos curas de la diócesis cerraron iglesias por miedo a robos.

El obispado de Girona, por ejemplo, impulsó junto con los Mossos d'Esquadra en 2010 un plan específico para prevenir robos en las más de 1.100 iglesias, centros de culto, capillas y ermitas de la diócesis de Girona. El plan entró en vigor a raíz del aumento de denuncias registradas ese mismo año por robos en templos de la diócesis. Los Mossos y el obispado mantienen reuniones bianuales y durante todos estos años se ha logrado disminuir los robos y sobre todo prevenir posibles hurtos.

EL LADRÓN QUE HA ROBADO HASTA TRES VECES EN ESPLUGUES, APROVECHA LAS HORAS DE APERTURA DEL TEMPLO PARA ACCEDER, Y ESCONDERSE EN ALGÚN RINCÓN.

La instalación de sistemas de protección, la sustitución de imágenes originales por réplicas, aconsejar a los presbíteros y elaborar un censo exhaustivo de los objetos de valores han sido cuestiones prácticas que se han llevado a cabo en este plan y en dos fases.

En la iglesia de Santa Magdalena de Esplugues de Llobregat, explica Armengol, el ladrón que ha robado hasta tres veces, aprovecha las horas de apertura del templo para acceder, esconderse en algún rincón y, una vez cerrado de nuevo el templo, robar y vaciar las cajas de donativos.

Una práctica que, afirma, sería más habitual y más impune si mantuviera la iglesia abierta todo el día. "El sacristán que está ahí no puede hacer de vigilante de seguridad, las iglesias suelen ser grandes y tienen rincones no siempre visibles", reconoce. Mantener la iglesia abierta durante todo el día "es inviable en lo que a seguridad se refiere".

SIEMPRE EXISTE UN SECTOR ECLESIAL QUE ACTIVA CAMPAÑAS DE PETICIÓN DE IGLESIAS ABIERTAS LAS 24 HORAS.

Y a pesar de la dificultad y la falta de recursos que sufren los templos, siempre existe un sector eclesial que activa campañas de petición de iglesias abiertas las 24 horas. Lo hacen a menudo amparados en la necesidad que puede tener la gente de acceder a un templo para rezar en cualquier momento, pero olvidan que abrir una iglesia con un patrimonio material muy grande, en muchos casos, "no es tan fácil".

Armengol reconoce que "las iglesias no pueden estar abiertas las 24 horas, y menos sin cierta vigilancia porque puede pasar de todo". A menudo las iglesias que han permanecido abiertas muchas horas han sufrido pequeños incidentes, un robo, un destrozo o vandalismo.

Tener turnos de vigilancia o personas vigilante es "inasumible económicamente, pero tampoco es viable en cuanto a recursos humanos eclesiales". Armengol explica que tampoco tiene mucho sentido abrir una iglesia por si a alguien se le ocurre entrar. Por eso ya están los horarios de oficios diversos y las diferentes acciones parroquiales. Asimismo, puntualiza que rezar en la iglesia "es muy importante", pero no hay que olvidar que Jesús rezaba en la montaña".

Lo relevante aquí, sin embargo, es saber cuántos feligreses piden ir a la iglesia en unas determinadas horas y tratar de satisfacer sus demandas. Esto ya ha ocurrido, por ejemplo, con grupos que han pedido poder hacer exposición al santísimo y se ha realizado fuera de horario sin problemas. "En ese caso concreto se abrió la iglesia una hora antes para hacerlo", y ya está. Que una iglesia siempre esté cerrada es malo, reconoce, pero tampoco hace falta ir al otro extremo y abrirlo todo "porque no es viable".

En la ciudad de Barcelona, ​​por ejemplo, sí que se encuentran iglesias abiertas muchas horas. Son a menudo templos con sistemas de vigilancia y protección y donde se pueden realizar turnos de presencia con más asiduidad. Ahora, en la ciudad, cada cinco minutos a pie puedes encontrar un templo. "Si justo lo que querías no está abierto, ningún problema, caminas cinco minutos más y encuentras una iglesia que sí estará abierta, y seguramente habrá una por barrio".

Otro punto a tener en cuenta en todo este debate es que a menudo se afirma con comodidad que la iglesia, entendida como edificio, está en el pueblo y debería estar abierta, como sitio para visitar y pasear. Sin embargo, esta afirmación cae deprisa cuando hay que rehabilitar el tejado o invertir en los templos para reparar desperfectos estructurales. "Cuando esto ocurre se dice muy rápido que lo arregle el Obispado de turno", explica Armengol. "¿No decimos que es de todos?", se cuestiona, "haría falta que todos contribuyamos", pide.

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