El día 15 de agosto la Iglesia Ortodoxa griega celebra la fiesta de la Madre de Dios (Theotokos). En la isla de Tinos está el santuario por excelencia de peregrinación del pueblo griego. Actualmente, se conmemora el 200 aniversario del descubrimiento de un icono de Maria por parte de santa Pelagia, una monja que, impulsada por una visión, motivó muchas excavaciones hasta encontrarlo. Hoy se puede visitar el monasterio ortodoxo, un espacio sugestivo, donde residen 25 monjas. Poco después de conseguir la independencia de Grecia del poder turco, que señaló el inicio de la historia moderna del país, se realizó la proclamación del patrocinio de Maria. Se produjo de este modo la construcción de un santuario impresionante, que algunos califican como el «Lourdes de Oriente». La aglomeración de peregrinos y visitantes colapsa cada año la encantadora isla, salpicada por inúmeras iglesias y eremitorios. Se celebra la fiesta de la «dormición de Maria» y su «Asunción a los cielos». La muerte es vista a través de dos palabras griegas: necrotafio, tumba de los muertos, y koimitirio, cementerio, que significa dormitorio. Tras el dormir, viene el despertar en el momento de la resurrección.
La Iglesia católica, en esta misma fecha, celebra también la fiesta de la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos, en este caso vivido como dogma de fe, proclamado por el papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950. En la fórmula utilizada se matiza que «terminado el curso de su vida terrenal» fue asunta. Elude así el dilema sobre la muerte o la dormición de María. Además del reconocimiento de Maria, la Madre de Jesús, en la historia de la salvación, el momento histórico de la proclamación del dogma pone en relieve la unidad antropológica de cada persona y, a la vez, la dignidad del cuerpo humano. Muy pocos años antes, el cuerpo humano había sido maltratado, torturado, gaseado…, sea en los enfrentamientos bélicos como en los campos de concentración, en la Segunda Guerra Mundial y el nuevo dogma venía a resaltar que estos comportamientos, desde la óptica teológica, son inadmisibles en todas las circunstancias.
La fiesta mayor de muchos pueblos de Cataluña coincide con la festividad de la Asunción. Entender el significado espiritual de esta celebración permite sumergirse en la dimensión profunda de su sentido en el compromiso social y religioso, más allá de su carácter lúdico y festivo.
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