(El Punt Avui) El monasterio de Montserrat vive este sábado un día especial. Por primera vez abre las puertas a un grupo de hombres -que previamente se han inscrito- para que puedan vivir un día con la comunidad y conocer qué vida se hace; rezarán con los monjes, almorzarán con ellos, pasearán por sus estancias, podrán entrar en la biblioteca y salir a los jardines privados... en una iniciativa que debe servir para dar a conocer la vida monástica a quien esté interesado y, por qué no, para despertar el interés de algún candidato a monje.
"No hacemos las jornadas para captar monjes, pero sí que es verdad que, si no se nos conoce, nos cerramos las puertas", explica el hermano Bernat Juliol, de 33 años, el último en hacer la profesión solemne para quedarse a perpetuidad con la comunidad benedictina de Montserrat.
Lo pueden leer aquí. También pueden conocer en este artículo la actividad de Montserrat que lo convierte en un monasterio de referencia.