Hace 479 años, Tarragona acogía el nacimiento de una organización que marcaría, en parte, la vivencia religiosa en la ciudad. En 1545 -según consta en la documentación- un grupo de fieles provenientes de los gremios de los alpargateros y los esparteros se reunieron para fundar la que hoy es la tercera entidad más veterana de la Semana Santa tarraconense: La Real Congregación de la Purísima Sangre.
Casi 500 años después, algo más que relevante ha añadido una página más a la larga historia de la Congregación. Tras una campaña electoral marcada por algunos momentos tensos, la Congregación ha escogido por primera vez a una mujer por el cargo de mayor importancia que un laico puede ocupar dentro de su estructura jerárquica.
"Es una responsabilidad muy grande, porque tienes 479 años de historia detrás de ti"
Maria Grau, la nueva subprefecta de la Congregación, explica que recibe esta nueva posición con mucho orgullo pero también con un fuerte sentido de la responsabilidad: “Es una responsabilidad muy grande, porque tienes 479 años de historia detrás de ti. Yo todavía estoy como con una nube, diríamos, de decir, ostras, hemos llegado hasta aquí, ¿no? Sí es verdad que detrás tenemos toda la situación que llevamos en el último año, pero llegar a esa posición es un orgullo, un orgullo máximo”. Durante el último año, la Congregación ha visto cómo varias polémicas han oscurecido el proceso electoral, hasta el punto de tener que recurrir a la potestad del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, para intentar regular el proceso de elección del nuevo subprefecto .
Concluida la votación y publicados los resultados que daban Maria Grau como ganadora sobre su oponente, Ramon Mullerat, la nueva subprefecta tiene muy claro que "puede existir un sentimiento de división dentro de la congregación, porque sólo ganamos por 8 votos de diferencia" y que "la nueva Junta debemos intentar que esto se reconduzca, hablar mucho, sentarnos con todo el mundo y ver cómo se puede solucionar, intentando entender qué es lo que pasó, y buscar puntos de consenso para que todo el mundo se sienta bienvenido allí en la Sangre".
“Hay que buscar puntos de consenso para que todo el mundo se sienta bienvenido allí en la Sangre”
La vinculación de Maria Grau con la Semana Santa de Tarragona viene de muy lejos. De hecho, ella misma explica que "mi primer recuerdo es estar en un paso de Semana Santa durante un ensayo cuando debía tener 5 o 6 años". Grau es una persona que ha vivido desde pequeña la Semana Santa de la suya, siempre en compañía de sus padres y de parte de su familia que "desde el año 95 participan de esta fiesta, cuando salimos por primera vez con el paso de la Santa Cena del Gremio de Mareantes".
Cabe decir que, hasta la reforma de los estatutos del año 2020, las mujeres no podían formar parte de la Real congregación de la Purísima Sangre. Justo cuatro años después de la reforma que permitió la entrada de las mujeres dentro de la entidad, una de ellas ha llegado a ser elegida subprefecta. Grau, intenta ver como un hecho normal que sea la primera mujer en ocupar este cargo dentro de la historia de la Congregación, porque cree que actuando de esta forma favorece a la normalización de tener mujeres en cargos de responsabilidad dentro de las entidades religiosas: "es un hecho histórico con una congregación que durante 470 años ha sido únicamente masculina, pero yo me lo tomo con mucha normalidad porque creo que también estas cosas deben normalizarse". También tiene muy presente que "hay otras cofradías en todo el territorio. Estoy pensando, por ejemplo, ahora en la selva del Camp, donde la sangre también está presidida por una mujer".
"me lo tomo con mucha normalidad porque creo que también estas cosas deben normalizarse"
La nueva subprefecta llega al cargo acompañada de un equipo formado por personas de diversas edades y trayectorias "con muchas ganas de hacer cosas y que queremos trabajar por la Sangre". Según Grau, los retos que debe afrontar la Congregación son bastante variados, y van desde la renovación de los estatutos para hacerlos encajar en el modelo de estatuto marco por las congregaciones religiosas que está elaborando el Arzobispado de Tarragona, el mantenimiento de los pasos procesionales, o el objetivo de hacer que la Semana Santa de Tarragona vuelva a ser una fiesta de interés local por la generalidad, e incluso que el Estado también la reconozca como fiesta de interés nacional, "porque la Sangre no sólo abre las puertas el Viernes Santo, sino que durante todo el año nos puedes encontrar con las puertas abiertas".