Cuando yo era joven, sobre todo en los ambientes donde me movía, se criticaba mucho la deriva consumista de la Navidad. Ahora, con la crisis y los recortes en pagas extraordinarias, o porque se ha repetido el discurso tantas veces, no lo siento tanto que decir. Debo decir que, a mí, que en Navidad y Reyes se compre más, o se coma en exceso, no me preocupa demasiado. Para muchos sectores productivos debe ser importantíssim. Y creo que hace de versión occidental de costumbres ancestrales de redistribución y pacificación entre clanes y castas, como es el caso del famoso potlacht los indios norteamericanos. Tampoco me producen, estas fiestas, las sensaciones desagradables de nostalgia o aburrimiento, incluso rechazo, que mucha gente muestra, si bien tengo que reconocer que he tenido que superar un cierto proceso personal de distancia.
Como decía, sin embargo, los lenguajes son complejos y refinados (y esto nos gusta) pero sólo nos son útiles si nos dicen, además, algo, si no se quede n ensimismados. La cultura debe ser bonita, sí, pero sobre todo debe ser una puerta abierta a seguir el trayecto que te ha llevado a provocar más deseo y más profundo que el que a simple vista hemos satisfecho. También Nadal, con su barroquismo de incentivos, abre las puertas más allá de ellos mismos, a no quedarse. A seguir un camino que va abriendo puertas y pasando salas que, como en los templos taoístas chinos, cada una contiene menos estímulos que el anterior hasta llegar al final, vacío, es decir, lleno.
Feliz Navidad.
________________________
* Este artículo ha sido escrito originariamente para la revista local Capgròs.
Enllaç extern
Tags
Grupos
Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número
![Donatiu Bizum](/sites/default/files/styles/responsive_960w/public/2022-07/Logo-Bizum_3.png?itok=TBwi53a0)
o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.