Extraída de su contexto y leída en el marco de la persistente crisis económica, que estamos viviendo donde el paro es la causa de unas condiciones de vida durísimas para muchas familias, la frase "quien no quiera trabajar que no coma" puede resultar un insulto difícil de digerir por muchos cristianos oyentes de la lectura dominical donde aparece.
La frase se encuentra en un fragmento del capítulo 3º de la segunda carta a los Tesalonicenses ( 2Te 3,7-12 ). Los hechos que provocaron la afirmación del autor podrían ser estos: Se produce un resurgimiento de las ideas, que proclaman un inminente regreso de Jesús, este retorno se concibe asociado al fin del mundo, por lo tanto, si Jesús ha de regresar de un momento a otro y el mundo se ha de acabar, porque trabajar ? ¿Por qué seguir con un orden social que ya no resulta necesario, si el mundo se ha de acabar? Tal planteamiento solo lleva al desorden, a la vagancia y a entretenerse en meter la nariz en todas partes.
El autor de 2 Te reacciona ante esta forma de pensar y se muestra disconforme con dicho comportamiento. Es lástima que la lectura litúrgica no recoja el versículo anterior (3,6 , donde el autor pone en boca del apóstol Pablo la recomendación de seguir su enseñanza, que está expuesta en el capítulo 2 de la misma carta y alerta que nadie se deje engañar ante el supuesto inminente regreso de Jesús ( 2,1-4 ).
En cuanto a la cuestión del trabajo, el autor de 2 Te invoca el comportamiento de Pablo, que siempre en la medida que le fue posible trabajó para su sostenimiento y no ser una carga para la comunidad, aunque su criterio era que quienes anuncian el evangelio vivan del Evangelio (1 Cor 9,14). Mateo aplicará este mismo criterio a los predicadores ambulantes que anuncian la proximidad del Reino de del cielo: "No os llevéis ninguna moneda: ni de oro, ni de plata ni de cobre .... quien trabaja bien se merece su sustento " (Mt 10,10-11) y Lucas comparte el criterio cuando dice : " Si entrais en una población y os reciben, comed de lo que os den " (Lc 10,8) . Este criterio lo encontramos expuesto en otros escritos fuera del Nuevo Testamento. La " Didakhé, doctrina de los doce apóstoles ", escrito de la segunda mitad del siglo I, establece que todo auténtico profeta que quiera establecerse en una comunidad, es digno de su alimento (13,1).
No obstante, la Didakhé introduce un matiz, que coincide con la recomendación de 2Te cuando dice: "Cualquiera que venga a vosotros en nombre del Señor debe ser recibido ... socorriendole en todo lo que podais, pero si quiere establecerse entre vosotros y tiene oficio que trabaje" (12.1-4).
El autor de 2 Te presenta, pues, Pablo como ejemplo para que nadie sea una carga para la comunidad, pero no invoca sólo el ejemplo sino también la autoridad ; así se entienden los imperativos del v. 12: les mandamos y recomendamos.
La lectura litúrgica ha omitido lo que podríamos considerar final feliz de toda la cuestión. Las recomendaciones de los vv. 13-15 están llenas de humanidad y de sensatez ante una situación conflictiva: "Si alguien no sigue la norma, no lo tenga como enemigo, amonestad al mismo como hermano " Una forma diferente de solucionar los problemas, no con la condena y el menosprecio, sino con la acogida de hermano.
Domingo 33 durante el año
17 de Noviembre de 2013
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