Domingo XXI del tiempo ordinario. Ciclo A
Barcelona, 24 de agosto de 2014
Hay dos preguntas en la Biblia que nos interrogan constantemente.
La primera: "¿Dónde está tu hermano?"
Y la segunda es la del texto de hoy: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"
Esta interpelación es personal, personalíssima, porque Jesús se dirige a cada uno de nosotros.
Ya sabéis que las preguntas piden respuestas.
¿Qué respondemos nosotros?
Aquí no valen respuestas prefabricadas para salir del paso.
Se trata de un tú a tú con Jesús.
Necesitamos responder con palabras de nuestra propia carne, sangre, vida y corazón.
Cómo el Hijo de Dios fundamenta mi vida de pareja –pongamos por caso–.
¿Es realmente alguien que con su vida, sus criterios, sus palabras, su autoridad
– Orienta realmente las acciones de mi vida
· de joven
· de obrero
· de jubilado
· de anciano?
– Influye de verdad en los criterios en que muevo mi capital o mi empresa?
– O mi vida de religioso o monja o cura u obispo?
¿Cuál es la influencia real de Jesucristo en mí?
¿Qué me mueve a vivir?
· ¿El prestigio social?
· ¿La satisfacción egoísta?
· ¿El placer?
· ¿La sabiduría?
¿Cómo y por qué aspecto yo quiero ser conocido?
¿Cómo deseo vivir?
¿Qué le respondería yo a Jesús en un hipotético cara a cara?
No se trata de buscar y apoyarse en excusas, sino de asumir responsabilidades y dar la cara.
