"Es una pena cerrar una comunidad con una trayectoria de cerca de 130 años"
(Claret) El padre Claret llegó a Tarragona durante el mes de enero de 1846, cuando tenía 38 años, como cura del obispado de Vic y con el título de misionero apostólico concedido por Roma. Desde ese momento la congregación claretiana ha conservado siempre una relación constante con la ciudad tarraconense; los vínculos siempre se han mantenido vivos a través de la presencia de misioneros claretianos, con una comunidad muy activa en la ciudad.