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Catalunya Religió

(CR) "Una guerra, con independencia de su intensidad, es una tragedia, es un fracaso". Así se ha expresado el presidente de Justícia i Pau de Barcelona, ​​Eudald Vendrell, este jueves por la mañana en relación a los primeros bombardeos perpetrados por Rusia en Ucrania en la madrugada de este jueves. La guerra, ha lamentado, "es la constatación de que el mundo no funciona y se están rompiendo principios absolutamente imprescindibles para la convivencia, para el bienestar y para el bien común por toda la humanidad".

Ha hablado de ello en el podcast de La Rebotiga de Catalunya Religió. Vendrell ha lamentado con tristeza que se haya abierto un nuevo conflicto armado en Europa y ha defendido que "hace falta mucha firmeza, pero no de tanques, sino de educación, concienciación, movilización pacífica y diálogo". Y pese a la escalada de la violencia, el presidente de Justícia i Pau ha hecho un llamamiento a la esperanza: "Debemos tener esperanza, como dice el Papa y como decía Arcadi".

En la conversación ha recuperado un pensamiento de su predecesor, Arcadi Oliveres, que en 2005 decía que "una guerra es perversa, sobre todo, por la preparación que requiere. Si hay un mecanismo que hace que dinero, personas, investigación y transportes estén al servicio de la guerra se puede decir que las guerras se calculan y preparan".

Para Vendrell, el análisis coincide con el conflicto Rusia-Ucrania: "No es algo repentino o imprevisto, seguro que hay personas, intereses, grupos y círculos que lo estaban preparando y deseando, y no han hecho nada para detenerlo". Una realidad que las entidades que promueven los derechos humanos y la cultura de la paz consideran inaceptable: "Son intereses terribles, que pasan por encima de las vidas, de los derechos, del bienestar de la sociedad".

La guerra en Ucrania, "un fracaso colectivo"

El presidente de Justícia i Pau ha reconocido que la guerra en Ucrania "es un fracaso colectivo: de la diplomacia, de los políticos, de las sociedades y, sobre todo, es un mal golpe para los que creemos que la sociedad puede ir a mejor". Y ha insistido en las consecuencias de un conflicto armado: "La tragedia que esto ocasionará es indescriptible". "Una guerra es una destrucción y destruir desde cualquier punto de vista no tiene explicación", ha subrayado. "Nadie con sensatez, ningún dirigente político, puede excusarlo ni defenderlo".

También ha descrito el dolor que ya están generando estos primeros bombardeos, aunque sean únicamente una estrategia para presionar y en el hipotético caso que se detuvieran pronto: "Sólo esto ha causado un daño, unos miedos, gente que ha tenido que irse de casa, gente que se ha tenido que esconder, gente que se ha sentido desquiciada en un país que se intenta dividir con regiones y subregiones". En este sentido ha reconocido que "existen diferentes sentimientos de pertenencia" dentro del país y que "el mantenimiento de la convivencia interna entre estos pueblos es difícil de recomponer".

"No podemos quedarnos parados"

En cuanto a la posible respuesta cívica, política y de diplomacia internacional, ha mencionado la necesidad de trabajar, como hace Justícia i Pau, a favor del Tratado de No proliferación de Armas Nuclear, como pidió el Vaticano. Sin olvidar "el escepticismo que implica a veces haber firmado tratados", sí ha reconocido que puede servir para que "la gente tome conciencia de que una guerra acaba destruyendo tantas cosas".

Vendrell ha insistido en que "tenemos que mantener la esperanza". Un horizonte que a corto plazo implica conseguir el diálogo imprescindible y que la violencia "se pueda detener y no vaya a más". Lamenta que esta guerra sea un instrumento "para coaccionar" o sacar rédito posterior en alguna negociación. Y ha reconocido que cuando se ponen "en venta y en marcha armamentos, después son muy difíciles de parar".

En la conversación ha recordado el nacimiento de Justícia i Pau, "por indicación del papa Pablo VI" después de su "célebre discurso" en Naciones Unidas en 1967, con su contundente "nunca más la guerra". La entidad tiene como punto de partida la Doctrina Social de la Iglesia y trabaja a favor de "un mensaje de paz que viene del evangelio".

Y ha invitado a todos a movilizarse en la calle: "No podemos quedarnos parados; desde la sociedad, desde cualquier rincón de la sociedad debemos decir suficiente de guerras, suficiente de los que las buscan, suficiente de los que las promueven y se benefician". En este sentido, ha aplaudido todas las iniciativas y convocatorias de entidades religiosas a favor de la paz: "Hay que hacer, salir a la calle porque es una manera de decir que la gente está cansada y que la gente está en contra".

Protesta internacional

Pero, ¿cómo se puede articular una protesta pacífica frente a tanques y aviones que bombardean el territorio? Vendrell ha reflexionado sobre "qué respuesta se puede dar desde este mensaje de paz", incluso, cuando hay agresiones sobre un estado soberano, como es el caso de Ucrania. Desde la cultura de paz, la mejor respuesta debe ser, ha defendido, la protesta internacional. Una protesta "desde todos los lugares del mundo" para "presionar a líderes e intereses".

De Putin ha dicho "que ahora parece que es la personificación del mal". Pero ha recordado que "es sólo un eslabón de un engranaje y lo que hay que hacer es deshacer este engranaje". Vendrell sabe que alguien puede hacer una lectura escéptica, diciendo que "la Iglesia debe seguir diciendo esto, pero que así no se paran las cosas".

"Entrar en el juego de las armas es terrible"

Ante la pregunta retórica de lo que haría un joven en edad militar en este contexto, Vendrell ha insistido en la respuesta pacífica: "Evidentemente, no tomar las armas, coger un arma, entrar en el juego de las armas es terrible; disponer de un arma, la predisposición, la posibilidad de utilizarla, de cargarte gente, de matar, de crear víctimas, es lo último que debería hacerse".

La verdadera solución pasa por "crear una conciencia mundial en la que participe todo el mundo, gente de todos los países y creencias", ha dicho. Y ha valorado especialmente la riqueza de la diversidad: "En este caso y en otros la diferencia religiosa está presente detrás de agresiones, de mensajes de prepotencia, de odio, es clarísimo que debemos luchar contra esto".

Estrategias que se sostienen "si hay mucha gente"

Y hacerlo, ha dicho, desde acciones pacíficas: "Debemos luchar con la palabra, con el ejemplo, con la movilización, con presión en nuestros gobiernos, con replanteamientos de instancias que existen de armas y de guerra, intentar reconvertirlas, si fuera posible, en espacios de mediación entre países", ha dicho sobre la OTAN.

Desde la perspectiva y trayectoria de movilización pacífica y de no violencia de Justícia i Pau, Vendrell ha dicho que hay que "salir a la calle, animar a la gente a hacer una resistencia, intentar acercarse a las fronteras, con el riesgo, efectivamente, que las fuerzas de los demás pasen por encima y te hagan daño". Y ha señalado también que son estrategias que se sostienen "si hay mucha, mucha gente, y si se consigue que esto se haga desde otros lugares y en las zonas de alrededor".

Vendrell ha reconocido que "los intereses son muy grandes, de Estados Unidos, de Rusia, de China". Y que no se puede olvidar que Europa "en épocas de bonanza habría podido hacer un rediseño de las fuerzas, las ayudas, la mejora de relaciones" y que "esto desgraciadamente también ha fracasado".

En cualquier caso, ha recordado que existen instrumentos de memoria y sensibilización, como puede ser el cine, que ayudan a combatir la indiferencia y a tomar conciencia: "El drama de la guerra, el dolor y la destrucción de la guerra, el fracaso de la sociedad en una guerra deberían ser lecciones que, pedagógica y bien explicadas, deberían ser instrumentos importantísimos para abandonar y poner fin a las guerras".

► Recupere aquí el Podcast de La Rebotiga n.37. Ucrania y la cultura de la Paz

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