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Les Filles de la Caritat en el seu comiat a la parròquia de la Sagrada Família. Mercè Pérez és a primera fila a la dreta.
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Lucía Montobbio –CR A finales de este mes de junio, la comunidad de las Hijas de la Caridad de la calle Provença se irá del barrio de la Sagrada Familia. La noticia ha sido recibida con consternación por algunos vecinos y vecinas. Y es que desde 1904 "estamos presentes y hemos atendido a personas en situaciones vulnerables a través de diversas obras sociales", explica sor Mercè Pérez. El más conocido: el Patronato Social Escolar de Obreras, institución que acompañó a cientos de chicas que se encontraban en situaciones vulnerables.

Sor Mercè Pérez aún vive en la casa de la calle Provença, está aseando las últimas cajas para hacer la mudanza. Además de ser hija de la caridad, es la hermana sirviente de la comunidad que se traslada. Cuenta que ella y sus compañeras serán destinadas a otras comunidades o residencias.

El edificio donde todavía viven, cuando se marchen, se destinará a ampliar la guardería Marillac que hasta ahora regentaban y que se encontraba en la planta baja del bloque. "Nosotras ya estuvimos contentas en el 2021 cuando la Escuela Marillac, que en origen era el Patronato Social Escolar de Obreras, pasó a manos de la administración pública; y ahora, en el 2023, vivimos como algo natural que el consorcio pueda hacerse también cargo de la Guardería Marillac", dice. "Piensa que sólo podíamos atender a una veintena de niños, y el próximo curso se podrán acoger unos 150 niños de entre 0 y 3 años, ¡imagínate!", exclama Sor Mercè.

EDUCACIÓN, ACCIÓN SOCIAL Y ACOMPAÑAMIENTO A CHICAS VULNERABLES; EL TRABAJO DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD EN PROVENZA DURANTE 117 AÑOS

Todas las obras sociales que desarrollan las Hijas de la Caridad tienen una comunidad vinculada que vela por que los valores de sus fundadores, santa Luisa de Marillac y san Vicente de Paúl, sigan vivos. La comunidad de la calle Provença ha sido gestora de la Guardería Marillac y del Patronato Escolar de Obreras, que más tarde pasó a ser la Escola Marillac. Igualmente, han colaborado en tareas relacionadas con la distribución solidaria de alimentos repartiendo una media de 60 bocadillos al día en la parroquia o colaborando en el centro DISA Sagrada Familia.

El barrio las echará de menos. Ya han recibido despedidas emotivas como la que se celebró en la parroquia de la Sagrada Familia. En su Full Parroquial se puede leer: "Agradecemos sinceramente la inmensa tarea que han hecho a lo largo de tantos años y que hace que muchas personas las lleven bien en el corazón". Una labor que se ha desarrollado durante ciento diecisiete años.

Agradecidas de lo vivido

El Patronato Social Escolar de Obreras fue un referente en la ciudad de Barcelona. Las chicas de la escuela salían con alto grado formativo. La comunidad se sentía orgullosa de ver cómo chicas que vivían en entornos vulnerables conseguían trabajo en oficinas como administrativas, contables o enfermeras. "Dios es providente y el trabajo no asusta, lo sabemos muy bien, ya que san Vicente dice que ganaremos el pan que comemos con el sudor y la fuerza de nuestros brazos", dice satisfecha Pérez.

Ahora, sólo queda agradecer lo vivido. "Es bueno ser agradecidos al buen Dios por todo lo bien que ha hecho el Patronato”. Una tarea hecha “por medio de los seglares y de las Hijas de la Caridad que, fieles al espíritu de san Vicente, han tenido preferencia por las clases más trabajadoras, más sencillas y muchas veces más pobres del vecindario que nos rodea", se despide sor Mercè.

HASTA QUE EN 1909 SE DECIDE FUNDAR EL PATRONATO SOCIAL ESCOLAR DE OBRERAS Y SU GESTIÓN SE DELEGA EN LAS HIJAS DE LA CARIDAD

La época del desarrollo industrial trajo avances y riqueza, pero también dejó una clase obrera muy perjudicada, con difícil acceso a la asistencia sanitaria o al sistema educativo. "Había muchos niños y niñas que trabajaban en las fábricas textiles", contextualiza sor Mercè.

Todo empezó en 1904, cuando el seminarista Ramon Balcells Masó, quien cuidaba el catecismo para niñas de la Asociación Catequística del Seminario, en el barrio de la Sagrada Familia llena de fábricas y talleres, se da cuenta de que las niñas, después de haber recibido la primera comunión, ya no volvían por la parroquia. "Es entonces cuando se piensa en crear una escuela dominical para ellas, que se inaugurará en 1907", relata Pérez.

Esta escuela dominical fue de libre acceso y gratuita, y funcionaba por turnos diurnos y nocturnos. La iniciativa se hizo cada vez más popular. Asistían más y más chicas. Hasta que en 1909 se decide fundar el Patronato Social Escolar de Obreras de Barcelona y su gestión se delega en la Compañía de las Hijas de la Caridad.

"La escuela se constituyó a partir de una Junta Superior formada por Amigos de la Obra -socios y socias- y por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que llevaban la gestión educativa, administrativa y religiosa del Patronato" , describe Pérez.

LAS HIJAS DE LA CARIDAD CREARON UNA CAJA DE AHORROS PARA QUE LAS ALUMNAS PUDIERAN GUARDAR SU DINERO

La actividad del centro giraba en torno a cinco secciones diferentes para atender otras necesidades que iban más allá de las académicas: Piedad, Economía, Recreación, Protección y Cultura.

Sor Mercè explica que la sección de la Piedad era la que se ocupaba de aspectos relacionados con el culto y el hecho religioso. La sección de Recreación organizaba excursiones, obras de teatro, salidas culturales, cinematografía, juegos, deportes y coordinaba la hospedería para personas que tenían dificultades económicas y familiares. Desde Protección, recuerda Mercè Pérez, se gestionaba una cooperativa de ropa y el comedor para niñas con dificultades económicas. Mientras que la sección de Cultura se ocupaba de emplear a las chicas que salían muy preparadas de la escuela.

Por último, la sección de Economía fundó una caja de ahorros y compró la Torre de San José en Santa María de Palautordera para las obreras que se ponían enfermas. La Caja de Ahorros fue relevante en el curso de la historia del Patronato Escolar de Obreras. Se creó en 1921 para que las alumnas pudieran guardar su dinero. Más adelante se convirtió en la Caja de Ahorros de la Sagrada Familia, hasta que en 1979 la absorbió La Caixa de Barcelona, ​​recuerda sor Imma Ladrero quien lleva parte de la contabilidad de las obras sociales de las Hijas de la Caridad en Barcelona.

Un año especial para todas las obras sociales en Cataluña

Este año se cumplen 100 años del nacimiento de sor Genoveva Masip. Hija de la Caridad reconocida en Barcelona, ​​sobre todo por el acompañamiento que hizo a las personas y familias que vivían en las chabolas de Montjuïc, y los cuidados y atención a los jóvenes en situación de sin techo y enfermos del sida.

Su testimonio recuerda la caridad, la misericordia y la urgencia de la atención hacia los más pobres que sigue a toda la Compañía. Se sigue trabajando para la construcción de un mundo justo y solidario mediante la atención a las personas más vulnerables y excluidas, recuperando su dignidad y su sentimiento de vida.

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