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La curación del ciego Bartimeo es el episodio que leemos en el evangelio de este domingo (Mc 10,46-52). ¿Quién es este Bartimeo? Habitualmente se suele imaginar que Bartimeo es un desgraciado por ser un pobre ciego mendigo, en lenguaje popular llamaríamos un "pringao". Esta es la opinión más frecuente, pero el texto da pistas que permiten ver las cosas de otro modo.

Lo primero que llama la atención es el significado del nombre. Timeo significa honorable, otras traducciones dicen "precioso". Ni precioso ni honorable tienen nada que ver con la condición de "pringao". El nombre se repite dos veces como señal de su importancia. "Bar" en hebreo es hijo, por tanto, "hijo de Timeo". Bartimeo hijo de Timeo puede parecer una redundancia pero no hace más que insistir en el significado del nombre. El ciego no es un cualquiera.

Está sentado. Los rabinos, los maestros están sentados cuando imparten sus enseñanzas. Jesús se sienta en la barca para instruir (Mc 4,1s) y lo hace para pronunciar el sermón sobre el fin (Mc 13,3); de hecho, el ciego se dirigirá a Jesús diciéndole "Rabbouni" pensando que ambos son del mismo oficio. Está al margen del camino, el matiz es importante porque significa que no comparte el camino de Jesús; al quedarse al margen del camino se ha quedado ciego. Pide, indicación de que le falta algo. Bartimeo puede ser símbolo de aquel discípulo que, habiendo empezado a seguir a Jesús, se ha separado, se ha quedado al margen y ahora quiere recuperar la condición de seguidor de Jesús. Mejor todavía, podría ser un tipo de discípulo que, proveniente del judaísmo rabínico, se da cuenta de que éste no lo puede satisfacer y busca en Jesús la clarividencia.

La mucha gente que acompaña Jesús juega en el relato un papel importante. Muchos ( "polloi"), un número importante pero no todos, quieren impedir que las señales de socorro lleguen a Jesús. Son un obstáculo, un impedimento para acceder a Jesús. Los encontramos también en el episodio de la curación del paralítico (2,1-12), es la gente que se interpone entre los que llevan el enfermo en la camilla y Jesús. Hay otro grupo, sin embargo, que al oír la voz de Jesús que dice: "Llamadlo" se dirigen al ciego para acercarlo a Jesús. Son personajes anónimos, símbolo de las comunidades cristianas capaces de acercar personas hacia Jesús. Su acción está descrita con tres verbos indicativa de que el acceso a Jesús es el resultado de una actividad continuada o procesal. Lo primero que le dicen es "thársei", ten ánimo. Es un primer anuncio de que la situación en que se encuentra el ciego empieza a cambiar. Sigue el imperativo "egeire", levántate a lo que el ciego responderá con un salto, señal de la disponibilidad a seguir a Jesús. Finalmente el grupo le dirá: "phone se", te llama. La llamada de Jesús viene mediatizada por el rol que desempeña la comunidad. Es ésta la que hace evidente y comprensible la llamada de Jesús.

El ciego tira el manto, símbolo de su condición de maestro. Jesús le pregunta: ¿Qué quieres que haga? Es la misma pregunta respecto a Santiago y Juan, los Zebedeos (10,36). La pregunta pone en relación los dos episodios. El ciego se dirige a Jesús diciéndole "Rabbouni", una expresión que en el Nuevo Testamento sólo vuelve a aparecer en boca de María Magdalena cuando reconoce Jesús resucitado (Jn 20,16). El término, a diferencia de "rabbi" que significa maestro que enseña, aquí quiere decir: maestro que manda. El ciego está pidiendo a Jesús que lo cure. A diferencia de Santiago y Juan que piden puestos de honor al lado de Jesús, la petición del ciego es muy diferente, pide la vista. Ver lo que Santiago y Juan no saben ver, que el camino de Jesús lleva a las antípodas del poder, la muerte en la cruz.

Domingo 30 durante el año. 28 de Octubre de 2018

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