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Una Carta enviada a los obispos por parte del Obispo de Lérida, ha saltado a la prensa y ha sido por parte de alguno de los prelados a los que fue dirigida confidencialmente.

En dicha carta el Obispo de Lérida manifestaba sus dificultades y el sentirse víctima de un linchamiento público. Me parece lamentable que la confianza de un hermano obispo haya sido traicionada.

Copio la nota y me limito a decir que el sanbenito de no guardar secreto de las mujeres es injusto, y que lo de la confidencialidad en el gremio, no es de fiar… Una prueba ésta, y otra todos o casi todos los nombramientos episcopales que son vox populi antes de hacerse públicos. Algo no funciona, y más que preocuparme, me da pena.

En todo caso, mi respeto al obispo de Lérida y mi deseo de que todo esto se solucione. Él es un buen obispo y puede guiar al Pueblo de Dios que peregrina en Lérida según el corazón de Dios.

Orando por él desearía que Roma le respalde confirmándole en el servicio que está haciendo como buen Pastor, como hombre evangélico que es fiel a su conciencia. De todos modos el obispo Piris no es el culpable, sino una víctima de lo que está ocurriendo. Él anima la pastoral, está con su Pueblo y cerca de los fieles.

Es una pena que en la Iglesia estemos perdiendo el tiempo y la credibilidad en batallas de este tipo. Mientras eso ocurre la Buena Nueva se queda sin anunciar.... Y una vez más el lobby contra Cataluña encuentra motivos para atacar.

Declaración de la diócesis de Lérida sobre los hechos

La diócesis de Lleida lamenta que trascienda la carta de Piris a los obispos

La Diócesis de Lleida ha lamentado hoy que haya trascendido a la luz pública la carta que el obispo Joan Piris ha enviado a la jerarquía eclesiástica española asegurando que se plantea presentar su renuncia por la presión que esta viviendo por el litigio del arte sacro con Aragón.

Un portavoz del obispado de Lleida ha explicado a Efe que la carta, en la que Piris da su versión sobre el conflicto por el cual la diócesis de Barbastro-Monzón reclama 113 piezas de arte expuestas en el Museo Diocesano de Lleida, se envió "con absoluta confianza e intimidad" al resto de obispos.

"No nos parece correcto que se haya hecho pública una carta dirigida a los obispos de forma fraterna y personalísima. Alguien, no sabemos quién, ha roto ese nivel de confianza y esa discreción con la que quiere llevar el asunto Piris. Si hubiera querido que se hiciese pública la habría enviado él mismo a la prensa", ha señalado el portavoz.

Desde el obispado añaden que la misiva, cuyo contenido publican medios aragoneses, "se envió al resto de obispos con la única intención por parte de Piris de explicar los hechos con los que se ha encontrado, pero sin ninguna intención de pedir su apoyo".

"En ella explica las dificultades con que se ha encontrado para cumplir con las órdenes del Vaticano -que ha ordenado a Lleida de forma reiterada la entrega de las obras a la diócesis vecina- y cómo se ha visto implicado en los procesos civiles iniciados como parte demandada. Sólo ha querido dar al resto de obispos información de primera mano", aseguran las mismas fuentes.

Desde el obispado eluden confirmar que Piris se haya planteado presentar la renuncia, aunque reconocen que "sí es cierto que se ha encontrado con un problema ante el cual se encuentra impotente".

Según la prensa aragonesa, en su carta Piris confiesa: "Por mi cabeza ha pasado (y todavía no he desechado) presentar mi renuncia al Santo Padre por el litigio del arte sacro, como he manifestado al señor Nuncio (anterior y actual) e incluso a su eminencia el cardenal Bertone".

La misiva, que está fechada el 2 de junio y consta de cinco folios, va dirigida a los cardenales, obispos y arzobispos españoles.

En ella Piris también denuncia, según la prensa, sentirse víctima de un "linchamiento público".

Precisamente, el obispado de Lleida ha reconocido en los últimos días que Piris ha recibido cartas y correos electrónicos desde Aragón insultándole y acusándole de ladrón.

Desde que en 1995 se segregara el obispado leridano, pasando algunas de sus parroquias al de Barbastro-Monzón, la diócesis vecina reclama a Lleida que entregue 113 piezas de arte sacro que forman parte del Museo Diocesano desde hace más de 100 años, cuando fue creado por el obispo Josep Messeguer.

Aunque el Vaticano ha ordenado en reiteradas ocasiones al obispado de Lleida que entregue las obras en litigio al de Barbastro-Monzón, éste no puede hacerlo debido a que las piezas expuestas en el museo están catalogadas como bien cultural por la Generalitat, que no ha dado su permiso para la disgregación de la colección.

El conflicto ha llegado incluso a los juzgados, ya que una asociación cívica de Lleida presentó una demanda civil para aclarar si el obispado leridano tiene los bienes de forma legítima, como alega -asegura que Messeguer guardó recibos de compra o intercambio de los bienes-, o los tiene sólo como depósito, como defiende Barbastro-Monzón.

A la espera de la sentencia, una plataforma de entidades leridanas ha querido dar su apoyo público al obispo, contra el que varios ayuntamientos aragoneses han interpuesto una querella criminal por apropiación indebida al considerar que se niega a entregar las obras en litigio.

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