Pasar al contenido principal

Comentario a la primera lectura del 4º domingo de Cuaresma A

Una selección de versículos del texto que narra la unción de David como rey de Israel la leemos en la primera lectura de este domingo (1Sa 16,1b.6-7.10-13a). Sin hacer una lectura crítica el relato parece una especie de declaración unilateral de independencia dado que David es ungido rey cuando Saúl es todavía rey de Israel.

¿Por qué Dios manda a Samuel ungir a David rey si ya está Saúl reinando sobre Israel? Para responder a la pregunta es necesario acudir al capítulo anterior del texto que nos ocupa. Allí se explica que Dios ordena a Saúl ataque a los amalecitas y no deje nada vivo, ni a personas ni animales. Saúl ataca a los amalecitas, los gana pero respeta la vida del rey y se lleva lo mejor de los animales. El Señor, por boca de Samuel, reprocha a Saúl el incumplimiento de su mandato. Saúl se excusa alegando que ha usado a los animales para ofrecerlos en sacrificio, pero Samuel le recuerda que Dios no se complace con sacrificios sino en la estricta obediencia a su palabra y le comunica que “el Señor te ha arrancado hoy el reino de Israel y lo ha dado a otro más digno que tú”. De hecho, no es la primera vez que Saúl incumple el orden del Señor; en una batalla contra los filisteos en Guilgal, Samuel comunica a Saúl que su dinastía no se mantendrá y que el Señor ya se ha buscado a un hombre para ser soberano del pueblo (1 Sa 13,1-14). La unción de David rey de Israel responde al cumplimiento de la palabra profética de Samuel recibida del Señor.

El primer libro de Samuel pertenece a los libros históricos, pero la Escritura hebrea lo considera un libro profético. Los relatos de este libro están enlazados con la leyenda y la historia, pero es indiscutible su carácter e intención profética y religiosa que le dan un significado muy diferente. Se trata de un discurso profético introducido a través de cuñas en el texto. Esto explica que el Señor recuerde a Samuel: "lo que vale no es lo que el hombre ve: el hombre ve la apariencia, el Señor ve el fondo del corazón".

El tema no es nuevo en la Escritura. “Señor del universo, tú sabes si un hombre te es fiel, tú penetras el interior de los corazones” dirá el profeta Jeremías (20,12) y el salmo 7,10: “tú que penetras el corazón y los pensamientos” (también los salmos 17,3; 26,2; 44,22; 139,23 y 1Cr 28,9). No hay que olvidar que Jesús lee y conoce los pensamientos (Mt 9,4; 12,25; 22,18; Jn 2,25). Las palabras del Señor recordando a Samuel que se guía por criterios distintos a los criterios humanos sirve para preparar que la elección de David se hará contra todo pronóstico: es el más pequeño, hace de pastor y no está en la casa, está en el campo porque a su padre le parece que no hace falta que esté porque no será él el elegido

El discurso profético presente en los libros que llamamos histórico quiere enseñar que la palabra profética se cumple en la historia porque existe el convencimiento o la creencia de que los acontecimientos inevitables de la vida del pueblo que aparecen como históricos ocurren como consecuencia de la palabra divina que les ordenó.

La unción de David rey es un punto de inflexión en la historia de Israel. Hay un antes y un después. Saúl es el representante del antiguo régimen, el que organizaba la vida de Israel mediante una confederación de tribus. Este sistema político se despedaza gradualmente por la necesidad política de constituir Israel en un reino parecido a los reinos de su entorno. Hay una necesidad política que empuja al cambio. David representa la novedad total, David representa la juventud, la fuerza de un nuevo sistema en el que Israel se sentirá más fuerte. Es el paso de la época de los jueces a la época de la monarquía. Samuel está en medio, es juez y es profeta. En tanto que juez pertenece al antiguo régimen, en tanto que profeta interviene con la unción a David en el amanecer de un nuevo sistema político que, en principio debe mejorar la vida de Israel.

Estos cambios están marcados por la presencia del Espíritu del Señor. Saúl ha perdido el favor del Señor y éste le ha retirado su Espíritu (1 Sa 16,14). Rechazado por Dios y habiendo perdido su favor, Saúl no puede entrar a formar parte de los nuevos tiempos que se están gestando. David recibirá en la unción el Espíritu del Señor ( 1Sal 16,13) y éste se mantendrá con él.

Domingo 4º de Cuaresma 19 de Marzo de 2023

Temàtica

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.