Pasar al contenido principal

Comentario al evangelio del 3.º domingo de Adviento. B

Dos fragmentos del capítulo primero del evangelio de Juan leemos este domingo (Jn 1,6-8. 19-28). El primer fragmento es una incipiente aproximación a la persona de Juan, el segundo es un juicio en toda regla sobre la predicación y misión de Juan Bautista. La inserción de la persona de Juan en el prólogo que habla de la encarnación del Logos de Dios (La Palabra) quiere decir que la encarnación está ligada a un tiempo y un lugar definidos y, más concretamente, la entrada en escena de Juan Bautista señala que la encarnación del Logos tiene como marco histórico la historia de Israel. Juan juega un papel de primer orden en el proyecto de Dios de presentar la entrada en escena de Jesús como la venida del Logos de Dios.

En el primer fragmento (vv. 6-8) aparece tres veces la palabra testigo. Palabra importante si sale tres veces en un tramo tanto corto de texto. Palabra maleada por un uso excesivo en homilías y sermones. Es un término que proviene del ámbito judicial. En una sala de juicios los testigos ayudan a determinar la culpabilidad o inocencia de un acusado a base de acreditar la veracidad o falsedad de unos hechos. Ellos están calificados para dar testimonio (Juan es un testigo cualificado porque es enviado por Dios) y tienen un conocimiento personal de los hechos, cosa que los capacita para determinar correctamente la verdad. Existe una estrecha relación entre la realidad de la que se da testimonio y la persona que atestigua (relación entre Jesús y Juan). Cuando entro en juego el creer, el testimoniar se convierte, como en el caso que nos ocupa, en una manifestación verdadera y fiable de quién es Jesús, Palabra y Luz.

El segundo fragmento (vv.19- 28) está dedicado al juicio sobre la misión de Juan Bautista. La abundancia de termas provenientes del ámbito jurídico y procesal: testimoniar, interrogar, preguntar, responder, confesar, negar es una señal bien clara de que con la venida de Logos de Dios comenzará un conflicto que obligará, quieras que no, a dejar las cosas claras. Es lo que querrán hacer las autoridades oficiales, sacerdotes y levitas venidos de Jerusalén. Que vengan expresamente de Jerusalén quiere decir que la cuestión es importante. Ellos son el poder religioso que tiene que velar a fin de desacreditar los falsos mesías que continuamente surgían en Israel en tiempo de Jesús. Además en el judaísmo de la época de Jesús circulaba la convicción según la cual el Mesías viviría de incógnito en medio del pueblo antes de revelarse claramente. La ortodoxia doctrinal requería una intervención rápida en el caso de Joan Baptista.

Más allá del juicio de Juan Bautista el texto quiere dar a entender que ha empezado un juicio entre Dios y el mundo. “Quien era la luz verdadera ... era presente en el mundo ... y el mundo no lo ha reconocido. Ha venido a su casa y los suyos no lo han acogido” (Jn 1,9-10). Ante la realidad de la encarnación del Logos y el advenimiento de la luz hay posicionamientos diferentes que generan un conflicto (Jn 16,10) que habrá que dirimir. Irónicamente quienes en el juicio de Juan son los acusadores, en el juicio entre Dios y el mundo serán los acusados.

Juan era un personaje conocido y respetado en tiempo de Jesús y de las primeras comunidades cristianas. Es de suponer, incluso, cierta rivalidad (Jn 3,25-30). De aquí que el evangelista quiera dejar claro, a pesar de ser un enviado de Dios, el estatus de subordinado de Juan Bautista respecto a la persona de Jesús. La subordinación se expresa de una manera gráfica con la imagen de desabrochar las sandalias.

Juan da unas respuestas en negativo. No es el Mesías ni ninguno de los personajes que en aquella época estaban relacionados con el advenimiento de Mesías. El “Yo no soy” se contrapone al “Yo soy” que dirá Jesús a lo largo del evangelio (6,35; 8,12.58; 10,9.11; 14,6; 15,1.5) en clara referencia al nombre de Dios “Yo soy” (Ex 3,14). Hay una insistencia al hacer de Joan un testigo de Jesús y nada más.

Cuando tenía que venir un personaje importante se preparaba su venida, se arreglaban los caminos. En positivo Juan invita a allanar el camino del Señor. En la Escritura camino equivale a comportamiento. Preparar los caminos es un imperativo que implica un cambio de comportamiento y los primeros a quién va dirigido son los sacerdotes y levitas que han venido a interrogar a Juan. Tan preocupados que están por el advenimiento del Mesías lo que tienen que hacer es preparar su venida cambiando su comportamiento.

Domingo 3.º de Adviento 17 de Diciembre de 2023.

Persones

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.