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Comentario al evangelio del domingo 11 durante el año. A

Retomamos este domingo la lectura del evangelio de Mateo. El texto que leemos hoy (Mt 9,36-10,8) nos presenta a Jesús con la voluntad de reconstruir el pueblo de Israel. Es difícil precisar hasta qué punto esta voluntad tiene un fundamento histórico o es una construcción teológica de los evangelistas. En todo caso debemos partir del texto tal y como nos ha llegado.

El texto comienza con la constatación por parte de Jesús del deterioro del pueblo de Israel y lo hace con dos imágenes, un rebaño abandonado sin pastor y un campo carente de segadores que hagan la cosecha. Jesús se compadece de ese Israel decaído. El verbo que traducimos por compadecer es un verbo que tiene mucha fuerza significativa, se trata del verbo griego “spagjnitzomai” que significa conmover las entrañas. El significado del término se desarrolló probablemente por influencia de término hebreo "rahmin" que hace referencia al seno materno. La imagen tiene mucha fuerza, el seno materno rodea al futuro niño que debe nacer. En este sentido el término nos lleva a pensar en el amor que la madre siente hacia su hijo. Es una protección envolvente que no permite que nada ni nadie venido de fuera le pueda perjudicar. Es una protección y un amor total. Es este tipo de amor que el Antiguo Testamento presenta como la forma de amar de Dios, el mismo que Jesús siente por la gente que constituye este pueblo de Israel maltrecho y abatido. Éste será el fundamento de la decisión de enviar a los discípulos, el origen de la misión es el amor entrañable de Jesús hacia las multitudes.

"Como ovejas sin pastor". Esta frase recuerda a varios pasajes del Antiguo Testamento que presentan al pueblo de Dios como un rebaño que tiene necesidad de ser conducido y protegido por pastores competentes. Josué irá delante de la comunidad para que ésta no sea como un rebaño de ovejas sin pastor (Nm 27,17). David era pastor (1 Sa 16,11; 2 Sa 7,8)) y los reyes de Israel serán considerados pastores de su pueblo (2Cr 18,16) que muchas veces no cumplirán bien su trabajo, por eso Jeremías (23 ,1-6), Ezequiel (34), Zacarías (10,2; 13,7) harán críticas muy duras contra los dirigentes pastores que no han hecho bien su trabajo, es más, se han aprovechado del rebaño en beneficio propio. Pero cuando escribe Mateo, los reyes dirigentes del pueblo de Israel ya no están, por lo tanto lo lógico es pensar que la crítica de Jesús (en sintonía con lo que escribe Juan (10,12-13) quejándose de los pastores que abandonan las ovejas) va dirigida a las autoridades de Israel de su tiempo: sumos sacerdotes, sanedrín, nobleza laica y los grandes escribas de Jerusalén.

Jesús envía doce apóstoles. El verbo griego “apostellô” significa enviar, de ahí que la palabra apóstol significa enviado. El texto hace notar que los doce discípulos escogidos de entre sus seguidores reciben el nombre de apóstoles. Los discípulos seguidores de Jesús le acompañan en su camino y comparten su forma de pensar. Los apóstoles, además de eso, aceptan de Jesús la proclamación del Reino de Dios. Son enviados al pueblo de Israel como lo fueron los grandes profetas del Antiguo Testamento: Isaías (6,8), Jeremías (1,7), Ezequiel (2,3). Apóstol no se reduce al grupo de los doce. Pablo que no pertenecía al grupo de los doce se considera apóstol (1 Co 9,1; 15,9 Gl 1,17) como Bernabé (Hch 14,14) y también se considera apóstol Ignacio obispo de Siria (IgTr 3,3). Ellos serán testigos de la resurrección de Jesús y cuando se vayan estructurando las primeras comunidades cristianas ocuparán el primer lugar de la tríada de dirigentes de las comunidades junto con los profetas y los maestros (1 Co 12,28). Tampoco queda claro el número de doce si se comparan las listas de los enviados con las de Marc (3,16-19) y Lluc (6,14-16).

Con todo ello, se ve que el número de doce tiene más de afirmación teológica que de realidad histórica. Si Jesús quería reconstruir el Israel descarriado es lógico que pensara en el Israel de siempre constituido por la unidad de las doce tribus cada una de las cuales lleva el nombre de uno de los doce hijos de Jacob. La voluntad de reconstruir Israel se pone de manifiesto en las palabras de Jesús cuando dice “Id más bien a las ovejas perdidas de Israel”. Pero el evangelio de Mateo pondrá de manifiesto el rechazo de Israel al ofrecimiento de Jesús (23,34), será entonces cuando se producirá un giro que acabará con el mandato de Jesús de hacer discípulos suyos (28,19) todos los pueblos de la tierra.

Domingo 11º durante el año. 18 de Junio de 2023

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