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La segunda lectura de este domingo es la inmediata continuación del texto leído el pasado domingo (1Co 12 12-30). En este pasaje Pablo compara las diversas tareas, que se realizan en una comunidad con el cuerpo humano y se sirve de esa imagen para presentar la comunidad como imagen del cuerpo de Cristo. En la parte final del texto de hoy, hallamos un interesante dato en el punto en que Pablo menciona en concreto los servicios aportados en bien de la comunidad y los primeros de la lista son los que afectan a las tareas dirigentes. Presenta una tríada: apóstoles, profetas y maestros.

Seguramente es una indicación de la forma de estar organizadas las comunidades de Pablo. Apóstol tiene aquí un sentido más amplio que el de uno de los doce discípulos, que encontramos en las listas de Marcos (3,13-14), Mateo (10, 1-4) y Lucas (Lc 6,14-16) (dejamos aparte que el Tadeo de Mc y Mt, en Lucas es Judas, hijo de Santiago). Apóstol es el enviado, el embajador, el mensajero. Por el hecho de ser enviado, apóstol está estrechamente asociado al hecho de ser fundador de comunidades, asumiendo la tarea de animarlas y supervisarlas. Esto es lo que hace Pablo y por eso él se considera apóstol (Rm 1,1; Gl 1,1.17; 1Co 9,1; 15,9), también se considera apóstol, al mismo nivel de Pedro y Pablo y no formando parte de los doce, Ignacio, obispo de Siria (Rom 4,3), capacitado para impartir directrices en calidad de apóstol (Tr 3,3); se consideran también apóstoles Silas y Timoteo (1 Tes 2,7).

Profetas y maestros serán los servicios más asentados en la comunidad, si bien la Didakhé prevé la existencia de profetas itinerantes (13,1) y también pueden ser considerados así los enviados de Jesús (Mc 6,7-13; Mt 10, 5-15; Lc 9, 1-6). ¿Cuál es la diferencia entre el profeta y el maestro? Básicamente radica en que el profeta habla empujado por la experiencia de Dios, que le lleva inexorablemente a predicar. El maestro habla en virtud de la formación recibida, sin excluir la relación con Dios que él pueda experimentar.

La comunidad de Antioquía de que se habla en Hch 13 estaba organizada de una manera similar, pues había en él profetas y maestros entre los que sobresalen, por ser escogidos por el Espíritu para llevar a cabo una misión, Bernabé y Pablo. El nombre del primero significa el hijo (bar), del profeta (nabí, palabra que en hebreo significa profeta), de Pablo es bastante conocida su formación como maestro a los pies de Gamaliel (Hch 22,3). Que entre el colectivo haya un profeta y un maestro hace pensar en una comunidad dirigida por estos dos estamentos. Ésta no será, no obstante, la forma de organización de las comunidades palestinienses, influenciadas por el tipo de organización de las sinagogas judías: un consejo de ancianos (presbiteroi = presbíteros).

En las cartas pastorales (1i2 Tm y Tito) notaremos que cuando se habla de la dirección plural de la comunidad se usa un término relacionado con "prebiteroi = presbíteros" y cuando se habla de un único dirigente de la comunidad, el término será "episkopos = obispo" . Es importante el paso del plural al singular porque indica el paso de una forma colegiada para la dirección de las comunidades, a una dirección personal, individualizada. La consolidación definitiva de esta forma personal la encontraremos en el refundidor de las cartas de Ignacio, obispo de Siria (Tr 3,1) y en la Didascalia de los Apóstoles. Aquí aparece la figura del obispo comparada a Dios Padre, tomando una grandeza y exaltación, que marcará profundamente la historia de la Iglesia. Comparar el texto de 1Co con documentos posteriores es apropiado para captar la singularidad de la organización de las comunidades de Paz.

Domingo 3er durante el año

27 de Enero de 2013

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