El arzobispo Lluís Martínez Sistach explica que "la nueva evangelización necesita evangelizadores laicos que, con un nuevo ardor y nuevos métodos –por medio de su presencia y su compromiso en las realidades del mundo- anuncien a Jesucristo y su Evangelio a los hombres y mujeres de hoy.
Antoni Gaudí y Cornet, arquitecto del templo de la Sagrada Familia, fue un verdadero evangelizador con su vida y su profesión como laico cristiano. Tuvo una clara conciencia de que, como arquitecto de Dios, tenía que entregarse plenamente al ejercicio de su profesión para servir a Dios, y consideró que para él la mejor manera de hacerlo era dedicarse a la arquitectura."