El arzobispo de tarragona, Jaume Pujol , nos explica que "cuando el arzobispo de Munich Joseph Ratzinguer, se trasladó a Roma en 1982, llamado por Juan Pablo II para ser perfecto de la congregación para la doctrina de la fe, llevó a su piso de la capital italiana una mesa de nogal -que era de herencia familiar-, un piano y dos mil libros de su biblioteca.
Es posible que todo, o parte, de este material le continúe prestando servicio, ahora, a sus nuevas y reservadas estancias.
La oración sin embargo, será su actividad primordial-como siempre-pero sin estar sometida a tantas urgencias, y con seguridad-como él mismo ha dicho-rezará preferentemente por el nuevo Papa."