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Ramon Bassas

Glòria Barrete -CR El 10 de septiembre el Gobierno nombraba a Ramon Bassas como nuevo director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat. Catalunya Religió le ha entrevistado para conocer, después de un mes en el cargo, cuáles son los ámbitos de actuación de la dirección general, cuáles son los retos de trabajo y con qué recursos cuentan para hacerlo. En el extenso diálogo, también se ha hablado del uso del catalán en las comunidades religiosas y del activo social que representan las confesiones con presencia en Cataluña.

"El hecho religioso no es sólo una dimensión privada; impacta colectivamente y, como sociedad, tenemos la obligación de gobernarlo para que no se convierta en un desgobierno que genere conflictos", ha destacado Bassas en la entrevista. Su perspectiva es que Cataluña debe seguir impulsando políticas de integración en las que las religiones, en su diversidad, tengan un papel visible y activo. En este sentido, defendió el derecho a la libertad religiosa como un derecho fundamental amparado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

"Si conseguimos sumar esfuerzos con otros ámbitos como salud o justicia, conseguiremos que el trabajo tenga mayor impacto"

La dirección general de Asuntos Religiosos no tiene competencias ejecutivas directas, pero sí la responsabilidad de facilitar el diálogo interreligioso, coordinar la asistencia religiosa en espacios públicos y ofrecer apoyo a entidades religiosas. Bassas ha explicado que los recursos económicos de la dirección son limitados, pero que éstos se complementan con colaboraciones con otros departamentos del gobierno: "Si conseguimos sumar esfuerzos con otros ámbitos como salud o justicia, conseguiremos que el trabajo tenga mayor impacto".

"Los medios reflejan nuestra realidad social, y si no damos voz a la dimensión religiosa, estamos escondiendo parte fundamental de muchas personas"

Por otro lado, uno de los programas más consolidados de la dirección es la Muestra de Cine Espiritual de Cataluña, que se inicia cada año en noviembre y pretende ofrecer una ventana a las inquietudes espirituales y religiosas que conviven en la sociedad actual. Bassas ha destacado la relevancia de esta muestra por "conectar el mundo de la cultura con el fenómeno religioso, mostrando cómo las diferentes creencias se articulan en la vida cotidiana".

El nuevo director también ha manifestado su preocupación por la falta de representación del hecho religioso en los medios de comunicación públicos, y ha apuntado que es un ámbito que debe trabajarse: "Los medios reflejan nuestra realidad social, y si no damos voz a la dimensión religiosa, estamos escondiendo una parte fundamental de muchas personas y de nuestra propia historia colectiva”.

En esta nueva etapa, Bassas busca dar continuidad a proyectos consolidados, pero también establecer nuevos caminos de colaboración con las comunidades religiosas y las instituciones locales para asegurar que el derecho a la libertad religiosa y la convivencia pacífica sean pilares en la construcción de una Cataluña inclusiva.

Bassas también ha destacado la importancia de la formación continua sobre temas de interés colectivo relacionados con la religión, como la convivencia religiosa en la escuela y la diversidad cultural en espacios laborales, o la asistencia religiosa a hospitales y prisiones. Para Bassas, esta formación contribuye a "conocer cómo funcionan los ciudadanos, cuáles son sus mecanismos de relación, de interpretación, y de vida".

"Es una responsabilidad pública garantizar la libertad religiosa"

Otro de los proyectos que liderará Bassas es la publicación periódica del Barómetro de las Religiones, un estudio que se lleva a cabo cada tres o cuatro años con el objetivo de reflejar el estado de la práctica religiosa en Cataluña, con especial atención a las nuevas generaciones. Este informe permitirá, según explica Bassas, "detectar cambios y entender cómo la sociedad catalana vive e interpreta su dimensión espiritual".

Por último, Bassas ha hecho una reflexión sobre la situación de islamofobia y el extremismo, que han aflorado en determinadas regiones de Europa. Bassas ha alertado de que "hay quien quiere sacar provecho de las tensiones", por lo que considera clave que la Generalitat haga una tarea pedagógica con los ciudadanos, evitando que se difundan prejuicios sobre las comunidades religiosas. "Hay que verlo como un derecho fundamental y no una concesión; es una responsabilidad pública garantizar la libertad religiosa y fomentar el respeto mutuo entre confesiones", recalcó.

Considera que esta convivencia es crucial para una sociedad democrática: "Uno de los índices para valorar si una sociedad es democrática o no es cómo tiene su relación con la cuestión religiosa", defiende. Este compromiso con la cohesión implica también adaptar las normativas urbanísticas para facilitar la apertura de centros de culto, uno de los temas que a menudo genera controversia en algunos barrios y municipios. 

Bassas pone énfasis en la necesidad de buscar soluciones para "evitar tensiones innecesarias con las comunidades locales" y promover una convivencia pacífica, especialmente en el caso de la apertura de mezquitas o centros de culto de confesiones minoritarias.

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