Si en algún lugar el nuevo obispo de San Félix, Xabier Gómez, debía esforzarse con sus palabras era durante su ordenación. Micrófono abierto, catedral llena, silencio sepulcral. Aquí no podía fallar, y no lo ha hecho. Por el contrario, se ha llevado numerosos aplausos en distintos momentos de su alocución final. Controlando la narrativa y combinando momentos emotivos, humanos, referencias culturales y peticiones sociales. Un equilibrio difícil pero que ha funcionado.
Citando de inicio a la escritora santfeliuenca Joana Raspall, Gómez ha reivindicado que cada palabra "es un latido de vida que quiere darse", y si una palabra ha reiterado el nuevo obispo de Sant Feliu es la palabra amor. "Como cristianos creemos que el amor es lo único que puede ayudar en las fracturas humanas y sociales". La poesía y el Evangelio, reafirmó, "la belleza y la fe".
"Pido prudencia, humildad, sabiduría y fortaleza para servir de la mejor manera"
"Ayúdame a saber escuchar sus palabras y silencios, a soñar en la lengua catalana", ha pedido el obispo, referenciando el "palabras de amor" que cantaba Serrat. También ha pedido ayuda para disfrutar y hacer suyo el paisaje geográfico, cultural, espiritual y humano del obispado de Sant Feliu.
El obispo Xabier ha querido remarcar su lema episcopal -humilitas- pidiendo también "prudencia, humildad, sabiduría y fortaleza para servir de la mejor manera". Y ha iniciado un largo agradecimiento para todas aquellas personas que durante su vida "han forjado su biografía", con especial y emotiva mención a su familia, y a sus padres, Manolo y Maite, con quienes con voz rota y mucho emocionado les ha dedicado unas palabras en euskera.
"Queridos laicos, sois la fuerza de nuestra Iglesia, ¡es vuestra hora!"
Y empezaron los aplausos, que volvieron en numerosos momentos y cuando el obispo más claro hablaba de ciertas reivindicaciones sociales y pastorales. "Queridos laicos, sois la fuerza de nuestra Iglesia, ¡es vuestra hora!", ha remarcado el obispo. "Que seguimos construyendo comunidades acogedoras, inclusivas y misioneras", ha pedido.
También ha querido agradecer especialmente a los presbíteros, diáconos y al seminarista de la diócesis su disposición. Y ha tenido un especial agradecimiento por el obispo antecesor, Agustí Cortés, al que toda la catedral le ha aplaudido largamente. "Gracias, obispo Agustí por ponerme el listón tan alto, ésta será siempre su casa". También ha tenido un recuerdo por el obispo Uriarte, quien le ordenó de presbítero. No ha olvidado referirse tampoco a los obispos catalanes, con los que desde hoy comienza el servicio. "Desde hoy empiezo el servicio a nuestro pueblo junto a los hermanos obispos y del primate de la Tarraconense".
"Gracias a todas las personas migrantes, gracias por venir a nuestro país y revitalizar nuestras iglesias"
Y quiso reivindicar una vez más su apuesta por los migrantes y los más vulnerables. "Gracias a todas las personas migrantes, gracias por venir a nuestro país y revitalizar nuestras iglesias", aseveró. El báculo que lleva el nuevo obispo es un obsequio hecho por Cáritas San Félix. La cruz pectoral, que todavía no lleva, ha explicado que está hecha con madera de pateras. Ha querido tener una mención para todas aquellas víctimas de violencia de todo tipo, "de dentro y fuera de la Iglesia".
Y recordando que "cada palabra es un latido de vida que quiere darse", el obispo se ha cuestionado a qué o a quién nos damos. "Vigilamos al servicio del que ponemos nuestras palabras y silencios". Y ha finalizado con otras dos palabras, citando al Abat Oliba, y para que "lleguen a quienes tienen influencia para recomponer las roturas del mundo", Paz y Tregua.
En acabar de la missa d'ordenació del nou bisbe de Sant Feliu la família de Xabier Gómez li tenia preparada una sorpresa. Un aurresku d'homenatge. L'èuscar també ha estat present en el seu discurs.
[image or embed]— Catalunya Religió (@catreligio.bsky.social) 30 de noviembre de 2024, 15:44