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Confieso que hoy, cosa que no me gusta, caí en la tentación de ir a la tele. Sor Neus, que sigue la misa por televisión, ya que es muy mayor y la levantamos más tarde, estaba aguantando el chaparrón con paciencia estoica o con virtud probada.

Pero no era ella la única. Mientras predicaba Monseñor García Gasco en la misa del Pilar, se veían de forma intermitente cómo cabeceaban los dos obispos concelebrantes de su derecha e izquierda: Monseñor Ureña y Monseñor Elías Yanes, cuyas mitras parecían asentir de forma sistemática.

Una homilía larga, difícil de seguir, y los fieles con sensibles muestras de cansancio.

Una pena. Deberíamos aprovechar todas las oportunidades para predicar positivamente, con pedagogía y sentido común el Evangelio. No podemos cansar al personal ni espantar a los fieles. Hoy, ¡hasta los obispos se aburrían!

Caí en la tentación, pero pude huñir,me marché a seguir preparando la comida para las monjas, porque hoy es la Virgen del Pilar y tenemos fiesta.

Un feliz día para todos.

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