Omella: "Los principios de la Iglesia no pertenecen a ningún partido político"
(Jordi Llisterri -CR) La última vez que se mezclaron toros, iglesia y política en este país la cosa acabó bastante mal. Con las bullangas y la quema de conventos de 1835. Seis toros malos en la plaza de la Barceloneta exaltaron los anticlericales y la destrucción de patrimonio fue peor que la de la Semana Trágica de 1909.