Hi ha dos tòpics recorrents quan parlem de terrorisme islàmic, o bé s'apel·la a les enormes desigualtats econòmiques que es viuen al planeta, o bé al caràcter 'intransigent' que tota religió té d'entrada (si és islàmica, més). Per això em vafer gràcia que una manera de desmuntar-lo sigui com es fa en un article de la revista .
European Journal of Sociology, titulat "Per què hi ha tants enginyers entre els islamistes radicals", de Diego Gambetta i Steffen Hertog, que eren citats a l'article de diumenge de Moisés Naím a
El País. Segons les seves paraules, "
entre los islamistas radicales violentos, los ingenieros están sobrerrepresentados entre tres y cuatro veces más que otros profesionales".
Diu Naím que "
si las causas del terrorismo fuesen la pobreza y la desigualdad, el mundo estaría lleno de terroristas brasileños. Y si la democracia fuese un antídoto eficaz, India, que es la mayor democracia del mundo, debería sufrir menos atentados que dictaduras como China o Libia". Anem al segon tòpic. Explica el director de
Foreign Policy, sempre segons els autors del'esmentat article, que "
la religión tampoco ofrece una explicación satisfactoria. (...)
Resulta que la abrumadora mayoría no había tenido una educación religiosa extensa y que su comprensión del islam era muy limitada (...)
y sólo el 5% había llevado una vida religiosa activa". vaja, ara resultarà que la religió és sinònim de tolerància... a veure si caura els esquemes!
Però per què arriben a la conclusió de relacionar l'enginyeria amb el terrorisme islamista un cop van descobrir que "el 44% de los violentos eran ingenieros o estudiantes de ingeniería"? Us deixo amb la conclusió:
Los investigadores concluyen que las causas de la desproporcionada presencia de estos profesionales se debe a la interacción de lo que llaman la "mentalidad" de los ingenieros con ciertas condiciones socioeconómicas prevalentes en países islámicos. Según ellos, la ingeniería atrae a individuos que prefieren respuestas claras y modelos mentales que minimizan la ambigüedad. En las universidades estadounidenses, por ejemplo, la probabilidad de ser al mismo tiempo religioso y conservador es siete veces mayor en las escuelas de ingeniería que en las de ciencias sociales. Gambetta y Hertog argumentan que hay mucha afinidad entre la estructura mental de los ingenieros y las ideas que nutren a los terroristas radicales islámicos. Esta tendencia interactúa y es potenciada por el hecho de que los ingenieros -inteligentes y profesionalmente ambiciosos- chocan y se radicalizan al enfrentarse con el estancamiento económico, la falta de oportunidades para los jóvenes y la represión política comunes en países islámicos.