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Durante este y cuatro domingos más leeremos, en la segunda lectura, la carta de Santiago. Comenzaremos este domingo con un fragmento del primer capítulo (St 1,17-18.21b.22-27). Un extendido consenso entre los estudiosos de este texto considera que ninguno de los Santiagos que aparecen en el Nuevo testamento (el hijo de Zebedeo, el hijo de Alfeo y el hermano del Señor) es el autor de este escrito. Las circunstancias que viven las comunidades, según la carta, son de un tiempo posterior a la muerte de Santiago, el hermano del Señor, el que murió más tarde. Lo que sí da que pensar es que comunidades judeocristianas en ambiente greco-parlante tenían en gran estima la autoridad de Santiago el hermano del Señor y se sentían unidas, no sólo por delegados, sino por escritos que fijaban el estilo de vida de las comunidades. La carta de Santiago es, pues, una circular que toma la forma y el estilo de una exhortación que recoge dichos tradicionales, instrucciones, normas de conducta y amonestaciones.

"Padre de las luces" o "Padre de las estrellas" (según versión del texto litúrgico). Es una expresión que, tal como la encontramos aquí, no aparece en ningún otro lugar de la Biblia. Encontramos expresiones que se parecen: "El Dios santo, luz de Israel" (Is 10,17); "Seré tu luz, yo tu Dios" (Is 60,19); "La luz de Dios" (Tb 3,17); "Dios es luz" (1 Jn 1,5). El autor de la carta hace una defensa de Dios ante los que hacen de Dios la causa de la tentación (1,12) por eso dice que todo lo que es bueno proviene de Dios y nada que no sea bueno puede provenir de Dios. La bondad de Dios se ve en la bondad de la creación y al decir que Dios es Padre de las luces, recuerda la creación del sol, la luna y las estrellas y si estos son mutables y cambiables, por el hecho de señalar los cambios de los tiempos, Dios, todo lo contrario, es inmutable, por eso no puede estar cambiando de pensamiento y ahora dar cosas buenas y después no. La variabilidad es una característica de las colas creadas, la característica de Dios es la inmutabilidad.

El mejor don es la Palabra de vida que se refiere al Evangelio. Así como la Palabra que sale de Dios es Palabra creadora (Gn 1,3; Jn 1,3), el Evangelio se ha convertido en la nueva y definitiva palabra creadora, que transforma el seguidor de Jesús en una realidad radicalmente nueva. Por medio de la "palabra de verdad puso las primicias de todo lo que ha creado" (1,18). También en esta frase hay una referencia al Evangelio, palabra plantada, porque el Evangelio no es sentido como un sonido que vuela, sino como una palabra que arraiga e implica la persona.

En este texto encontramos también un término que aparece poco en el Nuevo Testamento: "thréskeia" que se suele traducir por religión. Para nosotros religión es un sistema de creencias ligadas a una ética y a unos rituales. Aquí hace referencia únicamente a la expresión externa de la religión: los rituales, la liturgia, las ceremonias. Es el sentido que el término tenía en la antigüedad clásica. En usarlo, el autor de la carta quiere decir que los rituales y ceremonias que más gustan a Dios es el servicio a los pobres, tipificado en el texto por los colectivos de las viudas y los huérfanos.

Domingo 22 durante el año. 30 de Agosto de 2015

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