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Por La puntada .

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Ignasi Marqués es rector de Santa Rosa (Santa Coloma de Gramenet – Barcelona)

Fue en el año 1984 cuando conocí personalmente a la Hermana Teresa Losada. Sabía de su dedicación a los emigrantes norteafricanos, en su mayoría marroquíes llegados en los años 60 para construir sobre todo nuestras autopistas. La visité en su casa-convento de Sant Vicenç dels Horts, donde convivía con otras religiosas Franciscanas Misioneras de María, entre ellas su hermana melliza Ana, tan dedicada a la causa de la ayuda a los emigrantes como ella. Mn. Mateu Santacana, párroco de aquella población, hizo de intermediario para aquel encuentro. Ella me citó después en el centro Bayt al-Thaqafa (“Casa de la Cultura”) donde me orientó sobre cómo debía enfocar mi dedicación a los africanos de Senegal y Gambia, que aquel 1984 empezaban a asentarse en la zona de Mataró-Llavaneras, donde yo era párroco en la Parroquia de Sant Simó i Sant Pau desde el 1983. Eran ciertamente los pioneros, y por eso empezaron a ser llamados los “negros del Maresme”. Me ayudó a la redacción de los Estatutos que debían regir en el “Centre d’Acolliment per a Africans Sant Pau” que redactó el buen amigo abogado Jordi Lloret i Magdalena.

Desde entonces coincidíamos a menudo en los despachos de “Benestar Social” cuando desde la Generalitat de Cataluña éramos requeridos para asesorar y colaborar de algún modo en la creación de la nueva estructura que ésta iniciaba para afrontar el nuevo fenómeno social de la inmigración. Los diez años que yo estuve al frente de la Parroquia, también dirigí el Centro de Acogida, que después se ha reconocido como el primero abierto en España para ayudar a los llegados del África Negra. Nunca me dolió que algunos me llamaran “el cura de los negros”. Bien al contrario, ha sido para mí un honor semejante apelativo.

Asistí el día 16 del pasado mayo a la entrega que en la Facultad de Teología de Barcelona le hicieron del premio Emmanuel Mounier. Fue la última vez que la pude saludar y hablar con ella. Ya entonces era patente que la enfermedad la corroía. Estando yo fuera de Barcelona, sumergido durante mis vacaciones de Birmingham donde suelo sustituir al párroco de la iglesia de San Agustín de Inglaterra en el estudio de la convivencia de las diferentes religiones en aquel territorio, el domingo 25 del pasado agosto moría la tan querida Teresa. En la nueva parroquia de Santa Rosa (Santa Coloma de Gramenet) que se me ha confiado, conviven también personas provenientes de muchos países y seguidores de todas las religiones. Con ellas intentamos practicar la inter-vida, esto es, la convivencia pacífica entre unos y otros; más que la inter-fe o inter-religiosidad, de la que tanto gustan hablar los teóricos, pero que muchas veces no pasa de eso, de pura teoría. Esa inter-vida es la que practicó la Hna. Teresa Losada y de la que fue mi buena maestra.

Anteriormente, fue el 31 de julio del 2011, ya había fallecido otra mujer tan dedicada como ella a la inter-vida con personas de otras nacionalidades y religiones. Me refiero a la Srta. Mercè Anglada, a la que homenajeamos como merecía el 15 del pasado mayo en la Sala del Foment Mataroní. Ambas han sido pioneras de la acogida al inmigrante y humildes ayudantes del trabajo que se sigue llevando a cabo en el “Centre d’Acolliment per a Estrangers Sant Pau” en Mataró hace ya 30 años. ¡Gracias! y que al Paraíso las acompañen aquellas muchas personas a las que ayudaron desinteresadamente mientras vivían en esta tierra.

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