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Estos días estoy preparando la asignatura de "Medios de Comunicación Social e Iglesia" por el ISCR-IREL y me he buscado lecturas que condensar para mis alumnos. Recientemente, acabo de leer " El llenguatge cristià en la cultura de masses ", de Albert Sáez i Casas (Premio Fundació Joan Maragall 2000) y me ha sugerido que la arquitectura también puede ser un nuevo medio para la evangelización en este nuevo contexto de los mass media. Como muestra cercana basta recordar la visita de Benedicto XVI a Barcelona para la consagración de la Basílica de la Sagrada Familia y la reciente exposición sobre Gaudí que se ha llevado a cabo en Roma. Si bien hay despachos de arquitectura comercial que felicitan la Navidad con el lema "Imaginación que vende", creo que este lema se podría traducir en el campo eclesial como "arquitectura que evangeliza" porque, más allá de satisfacer unas necesidades, es innegable que la arquitectura "habla" y comunica a través de un lenguaje simbólico y, como apunta Albert Sáez, la única manera de asegurar la presencia de la religión con dignidad en los nuevos escenarios de la comunicación mediada será la reflexión en torno al lenguaje con que se expresa la fe católica: como se consigue hacer significativo, efectivo, el lenguaje religioso que no va acompañado presencialmente de la experiencia personal ni comunitaria.

Complejidad en el lenguaje arquitectónico en la época de los mass media.

Ahora bien, hay que tener en cuenta las características propias de la arquitectura en la época del caos postmoderno (Vattimo), del supermercado de las religiones (Berger), y de la era del espectáculo para que la línea entre la arquitectura que evangeliza y la arquitectura "vendida" (del espectáculo) es muy difusa. De entrada hay que tener en cuenta que los MCS se organizan en torno al criterio de la espectacularidad. La industria de la comunicación ya no es una parte de la cultura, sino una empresa lucrativa que busca el máximo beneficio. Los MCS ya no tienen como objetivo lo de informar, formar y entretener, sino que estos tres objetivos han formado a pasar parte de una estrategia para conseguir audiencia y, así, conseguir el lucro económico del circo mediático. Interesa la religión en tanto que es fábrica de espectáculo.
Por otra parte, siguiendo la distinción de Walter Benjamin entre las experiencias (mundo presencial) y las viviències (mundo virtual o vicario), estas últimas no son capaces de ofrecer o propiciar una conversión. Como dice el arquitecto Enric Comas sj "no hay arquitectura sacra que actúe ex opere operato".

De la arquitectura que evangeliza a la arquitectura "vendida": La Catedral de Cristal de Richard Meier.
Un buen ejemplo de arquitectura "que vende", en su sentido peyorativo, lo he encontrado a raíz de la lectura de "La arquitectura del poder", de Deyan Sudjuc, donde en el capítulo 11, "Un mausoleo en la autoiglesia", relata el caso del parque temático religioso del culto a la superación (algunos lo llamaron "herejía americanista", un eco moderno del pelagianismo), en Garden Grove - California, del predicador evangelista Robert H. Sculler. Este pastor, que ha fundado su propia iglesia, comenzó su actividad predicando a los coches o, mejor dicho, tomó la idea del auto-cine tan característico de los USA y lo aplicó a la religión encargando a uno de los gurús de la arquitectura moderna, Richard Neutra, la construcción de una "auto-iglesia", donde poder predicar la vez a gente sentada en sus automóviles o en los bancos de la iglesia. Más adelante, en 1977, no teniendo suficiente, le encargó al gurú de la arquitectura posmoderna, Philip Johnson, la Catedral de Cristal.
Finalmente, Robert H. Schuller encargó un Centro de Bienvenida para la Catedral de Cristal al arquitecto de origen judío Richard Meier, el cual accedió a construir con mucho gusto a pesar del panorama sísmico californiano. ¿Qué es lo que vende esta construcción? Un gran espacio vidriado, a semejanza de las iglesias de Frank Lloyd Wright, que toma como excusa la analogía de la divinidad con la luz y el cosmos para construir un espacio espectacular que acoge una decoración absolutamente "kitsh" que habla más de la vanagloria del pastor que de la Gloria de Dios.
Al parecer, el 18 de Octubre de 2010 el Consejo de Ministros de la Catedral de Cristal se declaró en quiebra y, bien recientemente, el 17 de noviembre de 2011, el edificio fue adquirido por la Diócesis de Orange, que ya está preparando su su remodelación para adaptarla al culto católico.
El desliz romano.

Lo que resulta curioso es que el mismo arquitecto construyera la iglesia Dives in Misericordia por encargo vaticano en la ciudad eterna, en el marco del la entrada en el segundo milenio. Como recoge Plazaola sj en "El futuro del arte sacro", el arquitecto declaraba entonces que "No importa a qué religión se pertenece, aquí se reencuentran las cosas importantes de la vida", toda una ironía del saber hacer de los grandes arquitectos y de el ajustarse a un programa determinado. Quizás esta iglesia muestra uno de los riesgos que, como apunta Albert Sáez, hay que pasar por inculturar el evangelio al hombre contemporáneo, pero creo que habría que velar para que la espectacularidad no fagocite el misterio cristiano en las nuevas iglesias.

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